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Valerón contra la intensidad de Robocop

Estoy harto de la intensidad. Harto de los equipos "intensos", de los futbolistas "intensos" y de los partidos "intensos". Harto de los entrenadores "intensos", de las aficiones "intensas" y de los comentaristas "intensos". Ahora resulta que la palabra mágica es "intensidad", así que al Real Madrid le faltó intensidad en la primera parte del partido con el Sporting, el Athletic no jugó la pasada jornada ante el Barça con la misma intensidad que demostró en la Supercopa, el Betis empató casi en el descuento porque le puso mucha intensidad al partido, y el Atlético de Madrid quiere dar esta temporada un salto de calidad sin perder la intensidad que el intenso Simeone derrama intensamente sobre su equipo. No hay entrenador que no proponga jugar con "intensidad", y pobre del futbolista que se gane la fama de no ser lo bastante "intenso". Por ejemplo, Bale.

Vamos a ver. Valerón no es un futbolista "intenso", pero ver jugar al canario justifica el precio de la entrada a un partido de fútbol o los noventa minutos empleados delante del televisor. Rafa Benítez no es un entrenador especialmente "intenso", pero algunos preferimos la "falta de intensidad" de un Benítez al intenso espectáculo de un Simeone o de un Unai Emery en la banda. Jerjes, rey de Persia, observó la batalla naval de Salamina desde una elevación en la costa, sentado en un trono con dosel y rodeado de secretarios, asesores y criados. Los griegos ganaron la batalla a los persas y Jerjes se largó bastante enfadado, quizás pensando que a sus hombres les faltó "intensidad". ¿Por qué los entrenadores no se comportan como Jerjes? Sentadito en el banquillo, un entrenador puede apuntar sus cosas en la libreta de Van Gaal o dictárselas a sus secretarios, escuchar a los asesores, meditar los cambios y, eso sí, levantarse él mismo a por una botella de agua, porque un entrenador no es exactamente como el rey de Persia. De vez en cuando, está bien que el entrenador salga del banquillo y se deje ver en el área técnica, más que nada para que sus jugadores sepan que está ahí y que el comandante en jefe no se ha largado al vestuario dejándoles solos ante la flota griega. Y ya está. ¿El resultado de la batalla de Salamina hubiera sido diferente si Jerjes se hubiera movido a lo largo de área técnica del golfo Sarónico? Quién sabe. Pero me resisto a creer que los futbolistas jueguen con más intensidad cuando su entrenador decide levantarse de su trono en el banquillo.

Volvamos a Valerón. Parece que el futbolista moderno no sólo tiene que ser "intenso", sino que es su deber y salvación hacer un poco (o mucho) de todo y comportarse como una máquina. Pues que juegue Robocop. En un capítulo de la cuarta temporada de la serie Big Bang, Sheldon Cooper le dice a Penny, después de que Howard demostrara que un brazo mecánico puede servir una comida con total precisión (aunque con desesperante lentitud), que dentro de poco un robot convertirá a las torpes camareras como ella en algo obsoleto. Sheldon se equivoca. Cuando Johh Kay inventó en 1733 la lanzadora volante, que no sólo permitía tejer telas más anchas que la amplitud de los brazos del tejedor sino que realizaba el trabajo más rápido, se produjo un enorme paso adelante en la producción y en las condiciones de trabajo que, en su momento, encontró la oposición de los propios trabajadores, que vieron que se quedarían sin empleo. Kay fue expulsado de su ciudad natal y murió pobre, pero su invento revolucionó el mundo. Sin embargo, una máquina que hiciera el trabajo de dos camareros no tendría éxito porque una cosa es trabajar en el telar y otra servir comida en un restaurante. Del mismo modo, un robot o un Robocop que jugara al fútbol con la intensidad de dos futbolistas no interesaría a nadie porque la dichosa intensidad está muy bien, como está muy bien que el robot de Howard pueda servir comida tailandesa, pero en un restaurante los clientes quieren que una mano humana les sirva la comida y en un campo de fútbol los aficionados quieren ver jugar a Valerón. Los robots nunca convertirán a las camareras como Penny y a los jugadores como Valerón en algo obsoleto. Jamás.

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