La Provincia - Diario de Las Palmas

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Solo un minuto

¡Se llama Pedro!

Amigo Lucas, me preguntó un lector quién era Pedro Casaldáliga y le dije que era el conocido obispo ya retirado y el gran creyente en Jesús. De verdad que tuve la suerte de estar cerca de él 2 años, allá en Sao Félix do Araguaya, en Mato Grosso, en la Amazonas brasileña y su amistad me lleva a darle gracias a Dios por haberle conocido y haber dormido muchas veces en su misma casa, junto a su cuarto. D. Pedro es algo fuera de serie como persona y es el soñador que provoca cuando habla, sí, te hace pensar en serio. Hoy el amigo tiene ya 86 años y nació un 16 de febrero de 1928 en una familia de campesinos, en Cataluña, concretamente en Balsareny, Bages, España. Fue ordenado sacerdote Claretiano en 1952 a los 24 años, marchando luego a Brasil en 1968 donde le hicieron obispo junto al Río Araguaia cuyas aguas fueron el mejor testigo de su inolvidable consagración a Dios y al pueblo de Sao Felix.

Confieso que siempre vi en D. Pedro a un hombre de Dios que sabía leer a diario el evangelio por dentro, cosa que hoy nos falta a muchos, incluido yo mismo. Hasta hoy él es el gran defensor de los indígenas pobres de aquella tierra y siempre me llamó la atención que nunca volviera a España, ni siquiera el día del entierro de su misma madre. Ah, recuerdo que el Vaticano le tiró una vez de las orejas por no hacer las visitas ad Limina como deben hacer cada 5 años todos los obispos. Me dicen que en aquella ocasión él se disculpó diciendo: "Yo soy un pobre y los pobres no viajan?". Supe que un amigo grande de este hombre de fe fue el papa Pablo VI que decía que D. Pedro era uno de los suyos y que supieran los que le perseguían que "quien tocaba a Pedro tocaba también a Pablo". De verdad que Casaldáliga es una luz puntera en la teología de la liberación, cosa que molesta a gente situada religiosamente. De verdad que la curia de Roma lo jubiló sin contemplaciones cuando el amigo de los pobres llegó en el año 2005 a cumplir sus 70 años.

Te recuerdo que D. Pedro estuvo en Sao Félix 33 años de obispo mostrando siempre su sangre revolucionaria para defender a los pobres. Su fe en Jesús le hacía ser un gran rebelde frente a una Iglesia a veces acomodada. Qué precioso lo que me contaron de una niña del lugar que inocentemente fue un día a casa donde estaba el gran obispo y le preguntó en directo: "Amigo Pedro, ¿te puedo llamar abuelito?".

Muchos saben que la vida de este gran testigo del evangelio fue rifada entre los ricos desde que él arremetió valientemente contra los robos de las tierras a los indios. Hasta sabemos que se ofreció un buen premio en dinero a quien matara a este hombre que era un Evangelio vivo. Supe que ese temor llevó a la misma policía en el 2012 a esconderlo unos meses para que los terratenientes no lo eliminaran al ver que el gobierno les obligaba a ellos a devolver las tierras a sus verdaderos dueños.

Amigo Lucas, desde aquí felicito a D. Pedro Casaldáliga por su testimonio durante más de 30 años en defensa grande de los pobres. Rezo para que a muchos cristianos se nos pegue ese santo virus en defensa de los pobres. De verdad que me hizo pensar un escrito suyo donde me decía: "Amigo Paco, reza por mí porque estoy viendo que desde hace un tiempo caminan conmigo a diario como compañeros de viaje el párkinson y la hipertensión". Sí, te cuento que al pensar en el amigo me viene a la mente la frase provocante del también famoso Obispo Helder Cámara: "Si doy limosna a un pobre me llaman santo, pero si pregunto por qué los pobres no tienen qué comer me llaman comunista".

Acabo el minutillo pidiendo al Señor que bendiga a nuestro Pedro Casaldáliga, al gran humanizador en el mundo de la Amazonas.

Amigo Pedro Casaldáliga, desde Canarias rezamos por tu salud dándote las gracias por tu testimonio.

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