La última corporación municipal de Las Palmas de Gran Canaria supo captar la importancia que para la ciudad tiene la escala de cruceros y preparó de forma conjunta con la Autoridad Portuaria todo el dispositivo necesario para hacer más grata la estancia de estos turistas, adecentando el Parque de Santa Catalina, recuperando la Casa del Turismo y convirtiendo en peatonal la calle de Luis Morote, además de otras mejoras en la zona portuaria. También se logró la apertura en los días festivos coincidiendo con la temporada de los cruceros de los comercios de la zona.
Pero es evidente que aunque se han dado importantes pasos para atender a ese medio millón de turistas que nos llegaron entre octubre y abril, no podemos quedarnos estancados sino que tenemos que seguir progresando en orden a una mejor atención de estos "hoteles flotantes" en la conjunción del puerto con la ciudad. Si la Autoridad Portuaria siempre está despierta ampliando el muelle de cruceros cada temporada y creando nuevos servicios como puerto-base y de escala no puede dormirse la capital sin otras mejoras y gestiones, donde la nueva corporación tiene mucho que decir para dar continuidad a la labor realizada por sus antecesores que merece una alta calificación.
Precisamente ayer domingo era lamentable que estuvieran atracados de forma simultánea tres cruceros con unos cinco mil turistas y dos mil quinientos tripulantes mientras los establecimientos comerciales tenían sus puertas cerradas. Todo por el capricho de un decreto que restringe la actividad comercial en la ciudad.
Y es que la temporada turística ya no se limita a los meses invernales sino que comienza a ampliarse hasta el verano. Sin ir más lejos en este mes de septiembre están programados diez cruceros y en agosto llegaron seis al puerto de La Luz. Y para esta campaña están confirmadas 269 escalas. Esperemos que nuestros munícipes tomen nota.
