La Villa Mariana de Teror reposa llena de canariedad con sus típicas casas balconadas y balustradas en maderas de tea, en una tradicional carpintería rural; con una arquitectura urbana similar a Vegueta, declarada Patrimonio Protegido Histórico Artístico. La Virgen del Pino ha tenido siempre una singular dimensión y devoción religiosas en toda la isla de Gran Canaria como su patrona. Por eso los grancanarios cuando tenemos a un ser querido enfermo inmediatamente nos acordamos de ella con una oración. Y una vez aliviada la pena, como promesa vamos a Teror en peregrinación, y arrodillándonos ante el Altar nos emocionamos al contemplar a la Virgen con el niño pequeñito en todo su esplendor.

Pero la Fiesta del Pino, tal como la conocemos actualmente, comenzó el año 1965 de la mano de Néstor Álamo. Este ingenioso y creativo artista canario fomentó el espíritu de la Romería-Ofrenda a la Virgen, a la que acuden peregrinos de ésta y otras islas con lo mejor de sus cosechas sobre adornadas carretas. Acompañándose esta engalanada ofrenda con bailes y cantos de las diferentes agrupaciones folclóricas asistentes junto al suntuoso y adornado trono de la Virgen del Pino.