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El callejón del gato

Destino final

Lo que está ocurriendo en estos días Europa con las horripilantes imágenes de la desesperación, tienen un cierto tufillo a la no menos espeluznante solución final que el Tercer Reich dio a la población judía.

En realidad la Europa del siglo XXI parece más el ejército de Pancho Villa que a una comunidad organizada con una política común que resuelva con solvencia situaciones como la hégira moderna de los que huyen del horror producido por el Estado Islámico. Casi nadie sabe muy bien el porqué de esta crisis migratoria que al grito de ¡sálvese quien pueda! hace que cientos de miles de personas se pongan en manos de mafias que aprovechando la desesperación humana les conducen, como a ganado, camino del matadero.

Hungría que, en ingles se pronuncia como la palabra hambre ¡qué paradoja!, con apenas diez millones de habitantes se encuentra en un cuello de botella donde los negreros canalizan todo el flujo migratorio, especialmente hacia Alemania. Pero, si el país teutón, al llegar a su frontera a través de Hungría, no los acoge o limitase la entrada, pues según las leyes internacionales Hungría tendría que acoger a la totalidad por haber entrado a través de su frontera.

Desde fuera se aprecian unas maneras poco vivificantes, en las que a las personas se las marca primero y luego las registran en unos libros siguiendo las indicaciones de las normas que se llevaban durante las dos últimas centurias con los inmigrantes en su llegada a la isla de Ellis en Nueva York. Posteriormente los introducen en unos vagones a empellones y los llevan a las afueras donde un campo de refugiados acoge a aquellos que creían partir hacia el destino final en Alemania. Muchos paralelismos con lo ocurrido setenta años atrás. No quiero caer en comparaciones, aunque solo sea por aquello de que son odiosas pero, o Europa unifica los criterios del estatuto del refugiados y todos arriman el hombro o poco hemos avanzado. Una sociedad que presume de cultura y formación si no gestiona bien situaciones de esta índole, de poco le ha servido.

De una manera u otra habrá que resolver el problema en origen ya que en caso contrario ¿Europa cuantos cientos de miles de refugiados será capaz de absorber? ¿Sólo los sirios se sumarán a este viaje eterno? ¿Cuándo vienen huyendo de la guerra? y ¿cuándo es por hambre?

En cualquier caso, se mire como se mire, posiblemente estemos asistiendo a la mayor tragedia de la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial en la que ya se pasa de cuatro millones de refugiados.

El Estado Islámico es un estado trashumante que hace muy difícil diferenciar los buenos de los malos por parte de la sociedad occidental que, por cierto, esta tardando demasiado en tratar esto como una política de Estado y poner freno a este genocidio.

Ahora esta de moda lo de la fraternidad pero, mira por dónde cada vez estoy más de acuerdo con Gustavo Flaubert: "La fraternidad es una de las bellas invenciones de la hipocresía social".

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