Algunos se escandalizan por la comparación que ha hecho Felipe González, como muchos otros, entre el actual nacionalismo catalán y el fascismo italiano. Pero recordemos que Mussolini, durante muchos años alabado por W. Churchill y Gandhi, fue primero Duce, jefe de los socialistas, como Junqueras, pasándose al nacionalismo como este exhistoriador cuentacuentos.

Por otra parte, la violencia fascista, que algunos niegan en Cataluña, no ha faltado, desde las muchas noches de los cristales rotos a la alemana, por el tema lingüístico, hasta la agresión física; si no ha habido más, eso se debe a la astucia de los independentistas y a la, digamos, prudencia de la mayoría de mis paisanos, acostumbrados a la pasividad por el fascismo franquista, tan bien imitado hoy por algunos dentro y fuera de Cataluña; pasividad que tanto asombra a quienes nos visitan: "Pueblo manso, buen esclavo".

Volviendo al ejemplo italiano, es impresionante la semejanza entre en el neofascismo de Padania, cuyo fundador tuvo que ser expulsado de su propio partido por corrupción, y el caso Pujol, cuyo segundo y sucesor ha sido Mas. ¡Qué vergüenza que destaquen en mi país, y tengan posibilidad de triunfar con sus trampas si no hay una reacción vigorosa contra ellos, unos salvapatrias traidores a los suyos, historiadores embusteros y grandes corruptos, que encima se llevan los millones al extranjero!