Magnífico concierto y muy bien estructurado el que abrió la Temporada 2015/2016 de nuestra OFGC pues tuvo de todo, y bueno, empezando con el estreno de Las campanas de Gran Canaria, del maestro Pedro Halffter, obra muy impresionista dominada por unos ostinati, que marcaban el carácter de cada una de las divisiones de que constaba y que imitaban el tañer de campanas, unas veces tristes, otras más optimistas, pero sin perder el carácter intimista de la obra de una dinámica que no creo pasara del mezoforte. Me gustaría volver a escucharla y estoy seguro que volvería a gozarla como la disfruté en el concierto, pues su interpretación fue magnífica con una Orquesta exuberante que respondió plenamente a las indicaciones del compositor-director.
El celebérrimo Concierto para violín y orquesta en re mayor op. 35 de Chaikovski tuvo como solista al joven violinista ucraniano Valery Sokolov, que me impresionó por su sonido igual en todos los registros, afinación y, sobre todo, por su extraordinario legato mostrado magníficamente en varios pasajes, recordando especialmente la exposición del segundo tema del Allegro- moderato y la Canzonetta, que en su arco me pareció una Serenata sin palabras. La versión del Concierto fue muy buena con una gran compenetración solista-orquesta oyéndose muy bien a ambos. La Orquesta sonó muy bien en todas sus familias, recordando los diálogos del violín con las maderas y trompa como momentos álgidos de la versión, muy ovacionada (como la obra inicial) y que tuvo un merecido regalo.
Cerró el Concierto la Sinfonía nº 5 en si bemol mayor, op. 100, de Prokofiev, muy contrastada en sus movimientos con una dinámica muy bien conseguida contrastando magníficamente esa especie de Scherzo que es el Allegro marcato, la serenidad del Adagio, pero sobre todo me impresionó ese carácter casi cíclico que tiene la obra en la que parece que no puede ser de otra forma y en la que la Orquesta y el maestro Halffter consiguieron una magnífica interpretación.
