Cuando una concejala de Podemos anunció en junio que iban "a dar un giro de 360º a las políticas sociales del Ayuntamiento", pensé que había cometido un acto fallido e hice broma del asunto. 100 días después me doy cuenta de que es la declaración más certera que el Tripartito gobernante en Las Palmas de GC y en el Cabildo insular ha hecho. Faltos de programa para los 100 primeros días, esta declaración de intenciones ha sido la verdadera hoja de ruta de Podemos y Javier Doreste en su estreno en las instituciones grancanarias.

La ratificación del Acuario previsto por Cardona, el aparente apoyo -sin crítica alguna hasta el momento- de la macroincineradora, para la que habrá que traer basuras desde África a iniciativa del Gobierno autónomo, la continuidad en las contratas para los Servicios Públicos como Parques y Jardines o Limpieza, ambas con FCC como quiso el PP, la privatización del servicio de emergencias y atención telefónica del Ayuntamiento así parecen indicarlo. La continuidad del desastre de Emalsa así como el desvío de fondos del parque del Guiniguada a la 4ª fase de la circunvalación, proyecto iniciado por Bravo de Laguna, son paradigmáticos en este carrusel de incoherencias.

Tampoco parecen haber cambiado el amiguismo y las practicas de nepotismo a la hora de elegir cargos intermedios. En cuanto a transparencia y democracia interna, seguimos en las antípodas de lo que proclamaba en campaña Podemos y sus acólitos.

Quizás lo que más me ha llamado la atención, por lo fácil que era cambiarlo, es el continuismo y la presencia de los equipos de gobierno de ambas instituciones en todo tipo de procesiones, ofrendas y festejos religiosos o militares.

Un giro de 360° en las políticas del PP. Como prometieron.