Rosa Dávila Mamely, consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias como recordarán, sorprendió ayer a sus amigos y seguidores en Facebook con el siguiente mensaje: "Tenemos un inesperado nuevo inquilino en casa. La encontramos perdida, así que no podíamos dejarla abandonada. Ahora doña Lola se ha instalado en casa y no hace más que ronronear de felicidad". Eso se denomina amor a los animales y acogida generosa. Al final, con el tiempo, a los gatos se les acaba cogiendo tanto cariño como a los de casa. La consejera del equipo de Fernando Clavijo, una de las piezas clave del Ejecutivo canario, demuestra su sensibilidad con la hermana gata, una minina con cara de pena que más parece un gremlin de los no agresivos que un felino. Quién lo diría. Como Platero, la gata Lola es suave y peluda, casi de algodón. El único defecto que tiene el gatito es su origen chicharrero, pero nadie es perfecto. Ni un gato con cara de muñeco de peluche. En fin, la consejera de Hacienda que negocia el REF también encuentra tiempo para la ternura.