Con independencia del resultado del próximo día 27, Cataluña ganará siempre. Si pierden el referéndum, el Gobierno central implementará y reforzará su política preferencial con ellos, a costa del resto de las autonomías, para que no vuelvan a darles el susto y preocupaciones de un nuevo referéndum en el futuro. Si ganan, gracias a una minoría descerebrada que habría sabido manipular a la mayoría sensata, se darán cuenta entonces de la imposibilidad de gobernar un territorio sin un comercio ni industria que sea la base de una economía ni siquiera de subsistencia, que los llevaría directamente a un corralito de por vida. En este caso, la minoría activa causante del daño inventará, como ha hecho siempre, multitud de falsas razones para culpar de ello al Estado español. Se me ocurre que, entre otras barbaridades, reclamarán unos "derechos históricos" (obviamente inexistentes) que traducirán en cifras astronómicas, por la aportación que ha prestado Cataluña al desarrollo del resto de España (¡ahí es nada!) A partir de aquí den rienda suelta a su imaginación y admitamos cualquier otra clase de mentira; si bien, la experiencia nos ha demostrado que sus injustas reivindicaciones, de una u otra forma, han sido atendidas siempre; se trata de la eterna lucha iniciada por unos listos separatistas contra el tonto útil. Además, la pela es la pela; y el tonto útil es el tonto útil. Por eso ganarán siempre. Y si no, al tiempo.

Lanzarote