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Cine 'Irrational man'

Filosofía a mano armada

Woody Allen parece empeñado en ir acabando pacientemente, poco a poco, con el interés que despertó en los comienzos de su carrera con Annie Hall, Manhattan o Hannah y sus hermanas, aunque incluso en curiosos desvíos dramáticos como Match Point y El sueño de Cassandra había atisbos de que aún podía hacer un cine mejor. Fue el caso de Blue Jasmine, una de esas comedias deliciosas apoyadas sobre el protagonismo de una actriz inmensa (Cate Blanchett) que hacía años que veníamos echando en falta, después de tristes sucedáneos como Vicky Cristina Barcelona, Midnight en París y A Roma con amor, su periplo europeo que podría haber sido rodado por cualquiera de sus turoperadores.

En su nueva película, Irrational Man, el entramado argumental y la evolución de los personajes en el mismo están más cerca, para lo bueno y para lo malo, de Match Point y El sueño de Cassandra que de su comedias clásicas. Pero todo esto le importa poco o nada a Allen. El cineasta neoyorquino ha tomado prestada la premisa de La soga de Alfred Hitchcock, en la que el director inglés recurría a un asesinato/experimento con vistas a probar una hipótesis social. Todo ello como parte de un plan destinado a certificar que, según Kant, "la vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada".

La perentoriedad de gobernar la propia existencia, la necesidad de consumar los deseos, la oportunidad de tomar otros caminos, son los materiales que enhebran el discurso, con las dosis justas de comedia, de Irrational Man, una película que adopta las maneras de una comedia dramática reposada, que no sosegada, en la que Joaquin Phoenix interpreta a un profesor de filosofía alcohólico y mujeriego, con una grave depresión a cuestas, que descubre de manera casual la solución para salir del bache existencial en el que un cúmulo de tragedias personales le ha metido.

En Irrational Man, Allen aplica a veces un estilo frío, alejado de sus personajes, como si no quisiera inmiscuirse demasiado en sus decisiones. No es la distancia dramática de otras películas similares, como Match Point, pero a veces parece que los fines del director sean los mismos. No obstante, Irrational Man tiene bastantes más atractivos que aquélla, uno de los cuales radica en presentar personajes muy humanos y, por lo tanto, contradictorios, que en algunos casos acaban cometiendo actos irracionales. Menos descaradamente complaciente que en otras ocasiones, Allen viene a decirnos que las tragedias no son grandes o pequeñas, eso lo deciden quienes pasan por ellas.

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