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La que se avecina

Se usa en USA

Donald Trump, con trompeta, trompa o trombón sigue tronando, aunque desafine mal y mucho. Pero suena y resuena. Y Hillary Clinton, detrás, en el fondo, pierde protagonismo... que es lo que queríamos demostrar.

Hillary sabe -lo ha aprendido bien en tantos años en círculos de poder- que si se pierde protagonismo, se lo debe recuperar rápido. ¿Qué hacer entonces?

Hillary cuenta para ello con Mister Protagonismo en persona; nada menos que su marido exmarido Bill Clinton, experto campeón en elecciones y erecciones. ¿Bill al rescate? ¿Por qué no? Hasta ahora el equipo electoral de Hillary mantuvo a Bill en segundo plano. Ahora da un paso al frente.

En un muy interesante artículo en The Guardian del 18 de septiembre (Hillary Clinton campaign deploys not so secret weapon: Bill. La campaña de HC despliega un arma no tan secreta: Bill), se analiza y estudia la situación, la actual levedad de Hillary en las encuestas, el futuro rol de Bill en la campaña, su habilidad para conseguir dinero (lo llaman el cajero automático) y su dominio de la estrategia electoral. En las reuniones ad hoc es siempre la voz dominante.

Hillary Clinton tiene muchos puntos a favor (es mujer, fue digna primera dama engañada; y experta y ex-experta en todo dentro del perímetro del parámetro político yanqui) pero también unos cuantos puntos en contra: se le achaca el desaguisado de Libia -nunca se sabrá si fue obra suya o no- y hay cosas que no manejó bien como el tema de los e-mails. Le haría falta un buen asesor, un buen controlador... ¿hasta una "eminencia gris" quizá? ¿Quién mejor que Bill, el exmandamás, transformado ahora en mandamenos? Ella tendrá acceso al botón rojo del país; no él ¿qué votante media yanqui podría resistirse a eso?

Esta entrada pública y algo súbita de Bill Clinton en la campaña de Hillary indica que las cosas no pintaban bien allí. Bill seguramente continuará, pero con una ambigüedad delicada y sutil, actuando de personaje secundario aunque no lo sea. Y no lo será. Tendremos un "Águila de dos cabezas"... que es lo que también queríamos -o querríamos- demostrar.

Y no estaría mal. Tiene su razón el viejo dicho inglés two heads are better than one: dos cabezas son mejores que una... ven más, perciben más, saben más (ver Alfonso Guerra y Felipe González).

Falta más de un año para las elecciones, y como dijo el mismo Bill: "La elección presidencial es un maratón, no un sprint". Bill Clinton tiene un gran talento para descubrir lo obvio. También para aplicarlo (como con el famoso dicho "¡es la economía, estúpido!" de su colaborador y estratega Jim Carville que Bill adoptó para uso interno en la campaña electoral en 1992. Y ganó).

Bill Clinton es un peso pesado. En la campaña 2012, en su discurso para la nominación de Obama dijo: "Si tuvieras en tu equipo uno de los más grandes jugadores del mundo, lo harías jugar. Sería negligencia profesional no hacerlo".

Lo que Clinton dijo de Obama entonces, se puede decir ahora de él mismo. Desde luego que Bill es un jugador formidable. Y sí, jugará. Y será el estratega, el quarterback, y ahora entra (como el equipo especial en el fútbol americano) para ganar el partido... Que es, claro está, lo que queríamos demostrar.

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