El resultado de las recientes elecciones en Cataluña han dejado claro que todavía existe una última alternativa para solucionar el conflicto separatista para siempre, conflicto creado por acción de una minoría y por la omisión del Gobierno central que nunca ha sabido dar la respuesta adecuada. Todas las encuestas realizadas desde que Artur Mas llegara al poder han demostrado que la mayoría de los catalanes no desea la separación de España. Se ha repetido muchas veces que el problema es el mismo que existía en Escocia y Quebeck, regiones que solicitaron, y fueron autorizadas por sus gobiernos, para llevar a cabo un referendum y eligieran, libremente, si querían o no la independencia: la respuesta en ambos casos fue un no rotundo. Y se ha puesto fin al problema para siempre. Nuestro Gobierno ha atendido solamente a la minoría cuando pedía el referendum, desoyendo a la mayoría de los catalanes que también lo solicitaban para manifestar su negativa a la separación. Rajoy debería salir del ostracismo ignorante donde se encuentra y aceptar en Cataluña un referéndum del que ya se conoce el resultado a favor de la unión y no de la separación. También se habría terminado el problema para siempre. Si no lo hace, seguiremos sufriendo todos, eternamente, el peor azote social y político de nuestra convivencia. El momento es ahora. O nunca.

Playa Blanca. Lanzarote