Ante las próximas elecciones legislativas de diciembre, empiezan a salir de las chisteras de las formaciones políticas algunos conejos en forma de alianzas coyunturales. El primero saltaba en pleno mes de agosto desde algunos sectores del Partido Socialista Canario y era corroborado por la ejecutiva de Nueva Canarias. Ésta renunciaba a repetir pacto con el nacionalismo de Coalición Canaria, escorado definitivamente a la derecha con el Señor Clavijo y planteaba, en una apuesta no exenta de riesgo, abrir conversaciones con los socialistas para conformar una coalición progresista capaz de materializar la conocida teoría de "la unión hace la fuerza".
Los socialistas canarios, que desde los malos resultados de 2011, siguen cuesta abajo y sin frenos, parecen aceptar esa coalición pensando tal vez que será bueno arrimarse a Nueva Canarias, la única fuerza política con trayectoria ascendente en las recientes elecciones locales, a pesar de los partidos emergentes. No hace falta que les diga que estos números de prestidigitación política se hacen ignorando la voluntad de las bases socialistas, que de aquello de "un militante, un voto" poco queda en la ejecutiva cuando de salvar los muebles se trata.
Este pacto parece incluir el reparto previo de puestos en las listas, que por cierto ya no requieren de la famosa "cremallera" igualitaria tan defendida en otras etapas por los socialistas, ni exige aquello de "un militante, un cargo", que la cosa pinta mal para que encima haya que presentar nuevas caras y relevar a los que toda la vida han vivido de lo público.
La coalición defiende también la necesidad de consensuar un programa que incluya el "asunto canario" como algo fundamental, reconociéndose indirectamente y sin rubor que hasta ahora la defensa de Canarias no ha estado en la agenda de los diputados del PSOE canario con escaño en el parlamento español.
Con todo, lo que parece escocer a parte del electorado que se manifiesta en las redes sociales estos días es que Nueva Canarias llegue a convertirse en socio del socio de su adversario, al mismo tiempo que en el parlamento canario le planta cara de forma ejemplar.
Por si fuera poco, también los insularistas de ATI buscan sus propios aliados y se muestran dispuestos a llegar a acuerdos electoralistas con los insularistas de Bravo, lo que convierte el panorama electoral en una pirueta bastante complicada.
Con lo fácil que sería ser coherente y punto.
