Que la conciliación laboral y familiar resulta un equilibrio inestable difícil de cumplir se pone de manifiesto cada vez que una mujer pasa por el paritorio. Por ejemplo, la vicepresidenta de Canarias, Patricia Hernández, que ha tenido que ausentarse del consejo de gobierno en Gran Canaria para atender las necesidades alimenticias de su pequeño Romeo en Santa Cruz de Tenerife. No dejó de ir a reuniones, pero no voló a Gran Canaria.