En la primavera de este año 2015 tuvimos campaña electoral para las elecciones locales y autonómicas. Entonces, y como candidato a la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria por el Partido Socialista, exponía en todos los foros la absoluta e inaplazable necesidad de reenfocar las políticas de esa institución priorizando políticas sociales. Dar un giro a las acciones realizadas. Situarnos en el momento económico que vivían -y viven- las familias grancanarias, y atenderlas con urgencia. Tomar decisiones y aplicarlas.
Pasada esa cita electoral, constituidas las corporaciones y transcurridos más de 100 días del gobierno del Cabildo de nuestra isla, ahí están las evidencias.
Hemos conformado un Pacto de Progreso que ha llevado a la práctica lo que entonces estaba en el papel. De manera contundente. Y perentoria.
Hemos modificado los Presupuestos del año 2015 para activar un plan de empleo social que dé trabajo a más de mil personas; una oportunidad a más de mil familias. Hemos respondido con esa acción a una de las peores decisiones que pudo tomar el gobierno anterior en el Cabildo, que sin rubor alguno fue capaz de renunciar a 2 millones de euros del Gobierno de Canarias precisamente para un plan de empleo social... Quienes dijeron no están desacreditados para crítica alguna hoy: su decisión de entonces, ante los miles y miles de parados y paradas en Gran Canaria, sigue siendo imperdonable.
Se ha puesto en marcha un Plan Estratégico contra la Pobreza, dotado con cinco millones de euros, plan imprescindible para los 21 municipios y ONG que priorizan la lucha contra la brecha y la injusticia social. Para ello, para dotar ese plan con las partidas presupuestarias necesarias, hemos dado de baja a partidas económicas que, a mes de junio, eran inejecutables, por ejemplo en Obras Públicas e Infraestructuras. Una de ellas, el millón de euros para el convenio de Las Canteras, imposible de materializar en el año 2015 precisamente por no hacer su trabajo en los cuatro años anteriores las administraciones directamente responsables, esto es, Gobierno de España, Ayuntamiento de la capital y el Cabildo. Tres instituciones en manos del mismo partido político.
Ante esa inacción, la decisión del actual gobierno del Cabildo de destinarlo a quienes más lo necesitan.
Estas dos medidas han sido, por su imprescindible necesidad, las dos principales medidas sociales de estos 100 días. Y ahí es donde radica la sensibilidad de este gobierno frente a otros.
Por supuesto hemos aumentado la inversión, en el conjunto de la isla y en los municipios, desde todas las consejerías; hemos tomado decisiones clave para el futuro energético de Gran Canaria; hemos recuperado el contacto institucional y reglado con las organizaciones que aúnan su esfuerzo en la solidaridad, en el más amplio sentido del término; hemos entregado el protagonismo preciso, a través del diálogo, a nuestros trabajadores; hemos activado obras, en el campo deportivo, en el sector agrícola o ganadero, en la conectividad o el transporte, en el ámbito turístico o cultural, que demandaban urgencias; hemos dado respuesta a las demandas juveniles, a las de los mayores o a las de quienes pelean por una isla sin sexismo; hemos, también, elevado la voz ante otras instituciones para exigir el respeto que merecemos y que, también, damos.
Hemos actuado.
Pero de todas esas actuaciones, y las que hayan de llegar, hemos tenido claro, desde el primer día, que había que comenzar poniendo en hora el Cabildo social que necesita Gran Canaria.
Un reloj, el de conseguir una isla más igualitaria, que ya no tiene marcha atrás.
(*) Vicepresidente primero del Cabildo de Gran Canaria y secretario insular del PSOE
