La Provincia - Diario de Las Palmas

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Reflexión

Dignidad en salud mental

Un año mas el 10 de Octubre Día Mundial de la Salud Mental. Este año la Federación Mundial de Salud Mental ha elegido el lema Dignidad en Salud Mental. Dignidad es una palabra que tiene varios significados, ninguno de ellos preciso, pero todos reconocemos la dignidad cuando la vemos, y lo más importante, reconocemos la falta de ella cuando está ausente. Con el lema de este año se pretende mostrar las formas en que la dignidad se puede proporcionar en todos los aspectos de la salud mental, que van desde la atención a las personas con trastornos mentales a las actitudes del público en general. Con demasiada frecuencia, las personas con trastornos mentales y sus familias suelen encontrarse en sus relaciones con los proveedores de cuidados de salud y con la sociedad en general, con situaciones en que se sienten degradados por la manera en que son tratados. Profesionales de la salud no tienen el tiempo necesario para hacer frente a problemas difíciles. Problemas presupuestarios en los presupuestos de salud y de atención social y una atención coordinada difícil de lograr. Las personas con trastornos mentales con frecuencia no reciben atención coordinada con otras enfermedades que pueden estar presentes, lo que resulta una esperanza de vida entre 10-15 años inferior a la población general. Creencias erróneas impregnan el imaginario colectivo, que favorecen la discriminación.

La sociedad canaria debe apreciar que la buena salud mental es un activo valioso que debería animar a la ciudadanía a pensar en la salud mental de manera más amplia y también pensar en las maneras de apoyar y por tanto, servirá de prevención mediante la reducción del riesgo de enfermedad mental. Por ejemplo, a partir de principios de enseñar a los niños pequeños y los adolescentes acerca de las estrategias de aprendizaje social y emocional se establece una base preventiva. La incorporación de la dignidad en las cuestiones de salud mental es fundamental para hacer frente a la estigmatización y la discriminación. No hay nada digno acerca someter a las personas con cualquier enfermedad al estigma, sumándose a los problemas que ya hacen frente a través de la propia enfermedad. Tenemos que trabajar más duro hacia el cambio de las actitudes sociales y la difusión de la conciencia pública sobre la naturaleza de la enfermedad mental. Al tratar de cambiar las perspectivas, la importancia de la recuperación es una parte central del mensaje. La dignidad es inherente a la recuperación. El cuidado debe abarcar no sólo el estado actual de la enfermedad. Debemos incorporar la perspectiva de que, con el tiempo, la mejora se puede lograr y que la recuperación, tanto en su sentido médico y en su más amplia connotación psicosocial es una perspectiva realista y ciertamente digna.

La dignidad de las personas con trastornos mentales consiste en el ejercicio de la ciudadanía, con un sentido de empoderamiento y control sobre sus vidas, y exigiendo los mismos derechos (por ejemplo, el derecho a decidir dónde vivir, a quién amar, dónde trabajar, etc. ) y tomar las mismas responsabilidades (por ejemplo, el respeto de las leyes, con derecho a voto, de voluntariado, el pago de impuestos, etc.) que los demás ciudadanos. El ejercicio de la ciudadanía ayuda a una persona a sentirse digna, honrada, apreciada, respetada, y (por extensión) autorrespetada, atributos que son todos los componentes importantes de una buena salud mental positiva. Todos tenemos el derecho a disfrutar de los alcances de la humanidad.

Los gobernantes, los pacientes, las familias, los profesionales, y la ciudadanía deben aumentar sus ambiciones de cooperación y de ayuda, lo que facilitará la recuperación de las personas en el ejercicio de su ciudadanía, no siendo necesario hoy en día las políticas de exclusión sino aquellas que favorecen la dignidad de las personas. Todas las personas deben ser tratadas de igual manera independientemente de su condición sexual, salud, social, económica o religiosa. Nunca es suficiente recordarlo.

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