La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión

La gestión de clubes en el deporte base

La temporada ha comenzado y las diferentes modalidades de deporte base o deporte en edad escolar han comenzado. El deporte que practican nuestros hijos e hijas no es educativo por sí mismo. El contexto en el que se practica es fundamental para conseguir mejorar la formación integral de los jóvenes.

La adquisición de hábitos saludables para toda la vida se ha convertido hoy día en un reto con el objetivo de contribuir a minimizar los efectos adversos para la salud del estilo de vida sedentario al que nos ha llevado la sociedad industrializada y de las tecnologías de la información y comunicación. Nos movemos muy poco. Permanecemos sentados muchas horas al día. Utilizamos el coche para todo, subimos y bajamos en ascensor y además comemos muy mal en cuanto a calidad y cantidad.

Con todo ello, la obesidad infantil es un problema de salud pública. Fundamentalmente por la consecuencias que tiene al generar mayor riesgo de padecer accidentes cardiovasculares en la edad adulta.

Sabemos que cada vez más, los niños y niñas dedican menos tiempo al deporte. El número de jóvenes que a partir de los 13 ó 14 años deja de pertenecer a un club, no para de aumentar. Pero también observamos que la atención que tiene el deporte base por parte de las administraciones, los grandes clubes y la sociedad en general, es limitada, a pesar de que tiene un número de practicantes considerable en edades anteriores a la adolescencia. El deporte competición, el espectáculo, centra la atención haciendo olvidar que la buena gestión en el deporte base es imprescindible si queremos tener deportistas profesionales en algunos casos y en otros, al menos, debemos pensar en crear personas con hábitos de vida saludable tanto física como mentalmente.

La interacción entre los directivos del club, los padres y los propios protagonistas, los jóvenes, es necesaria para evitar que siga aumentando la crisis del deporte base. Hay que conseguir una política del deporte en edad escolar con unas ideas coherentes orientadas al sector concreto de población al que van dirigidas. Los niños no son "profesionales en miniatura" y por lo tanto, el modelo debe adaptarse a sus capacidades según la edad. También en esta política, tienen que haber medidas y métodos previamente definidos para fomentar la participación de los chicos y chicas.

Las secciones o tareas que se pueden establecer en un club de base son: entrenamiento y competición, actividades especiales, equipamiento y material, economía, publicidad y captación y hasta disponer de un boletín informativo.

Una de las principales tareas es la que hay que mejorar mucho, son las formas de entrenamiento y competición. Éstas, tienen que estar acorde a la edad y capacidad de los jóvenes. El objetivo no es tener campeones cuanto antes. La práctica deportiva en edades de formación no es para eso, básicamente porque un periodo de formación deportiva tiene tres fases bien diferenciadas y que no se pueden adelantar.

La fase de inicio está entre los 6 y 13 años, la especialización entre los 13 y los 15 y es a partir de los 16 años, cuando se puede pedir un "compromiso" para llegar a ser un "campeón" o "campeona". Estas son las etapas que nos hemos empeñado en adelantar y por las que muchos niños y niñas han abandonado de forma prematura cuando han sentido una excesiva presión por los resultados y se han aburrido. En la sociedad de la inmediatez, por querer crear pequeñas estrellas, estamos acabando con el arte de practicar deporte por afición.

Si somos capaces de entender que la práctica deportiva de las generaciones futuras debe tener una mayor atención en cuanto a recursos económicos y humanos, tanto en cantidad como en calidad; será el inicio de un camino adecuado.

Compartir el artículo

stats