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El callejón del gato

El Pilar, día de la Fiesta Nacional

El 12 de octubre 1492, festividad del Pilar, Cristóbal Colón hizo tierra en Guanahani, actualmente islas Bahamas, y allí tomó posesión en nombre de los Reyes Católicos. El navegante desconocía que se trataba de un nuevo continente y no podía imaginar la trascendencia de su acto. Colón, de hecho, creyó que había llegado a Cipango (Japón). Desde entonces, la fecha ha sido usada por diversos países iberoamericanos para celebrar el encuentro de las dos culturas que dieron lugar al Nuevo Continente. No en vano, cada país ha denominado la fiesta con distintos nombres en función de la conveniencia política, como por ejemplo Día de la Madre Patria o Día del Descubrimiento. En España se eligió originariamente la designación de Día de la Raza. Hasta aquí todo esto es archiconocido pero, ¿el día del Pilar significa algo más? Estamos asistiendo de un tiempo a esta parte a una desafección de todo lo que significa sentimiento patrio. Himno, bandera y demás símbolos que representan a la patria no pueden estar eternamente cuestionados, en un plan que parece perfectamente pergeñando para tal fin.

Una aseveración atribuida al considerado fundador del Estado alemán moderno, Otto von Bismarck, refleja tristemente nuestra idiosincrasia: "Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido. El día que deje de intentarlo volverá a ser la vanguardia del mundo" .

Hemos pasado de ser un ejemplo de convivencia en todo el mundo a ser el ridículo y el hazmerreír de propios y extraños.

Sería bueno que siguiéramos el ejemplo de muchas democracias consolidadas donde se sienten orgullosas de sus símbolos y de sus instituciones con muchos menos motivos que los que avalan nuestra historia.

A veces el diálogo se confunde con la firmeza necesaria para defender a nuestra patria producto de un complejo de no sé que.

España afronta retos muy importantes y sus representantes no tienen por qué someterse a minorías que se creen que están por encima de la ley, lo que tiene que hacer es respetarla y dejarse de monsergas.

No es patria aquella donde no hay justicia, buena fe, concordia, ni virtud. Sacrificar su economía y su vida por malos políticos, es sacrificarse, no por su patria, sino por sus más crueles enemigos.

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