Las encuestas electorales vaticinan la presencia de cuatro relevantes fuerzas políticas en las Cortes que enterrarán el bipartidismo (imperfecto) vigente desde los años ochenta. Conozco ciudadanos dispuestos a participar ilusionadamente en los partidos emergentes, pero la adhesión entusiasta, que era relativamente sencilla hasta hace pocos meses, ahora se ha complicado mucho. Para expresarlo lacónicamente, en Podemos se estima cada vez más un nivel de estudios primarios y una experiencia política nula -un militante ideal, por ejemplo, es aquel que crea que Carlos Alonso es un príncipe Hohenzollern que heredó la Presidencia del Cabildo de Tenerife de su padre o que José Manuel Soria ha comido carne humana-, mientras que en Ciudadanos ha devenido absolutamente imprescindible contar con un book de fotografías firmado por un profesional de prestigio, sombra aquí, sombra allá.

-Yo creía que lo fundamental era empoderarse- le contó decepcionado un amigo a un dirigente de Podemos por el día y nacionalista de izquierda de Sí se Puede por la noche -y en cambio?

-Mira, pibe, empoderarse es como hacer pilates. Te compras un DVD de clases de Pilates y practicas en casa. Uno se empodera solo pero para barrer con el sistema y abrir un proceso constituyente de acuerdo con Su Majestad don Felipe VI?

-¿Don Felipe VI?

-Bueno, si tú eres realmente de izquierdas, comprenderás que decimos esto para conseguir el voto moderado que jamás, pero jamás obtendríamos citando todo el puto el día a Gramsci y anunciando una revolución, ¿no? Así no se consigue que la mayoría social se transmute en mayoría electoral, compañero?

-¿Quién es Gramsci?

-Ah, ¿no lo sabes? Mira, eso está a tu favor. Se acabaron los cerebrines aquí. Ya tenemos los suficientes en Madrid. Sabrás que si llegas a ser cargo público no cobrarás más de 1.800 euros al mes?

-Yo no he cobrado 1.800 euros mensuales en mi vida.

-Lo suponía. Por eso te lo digo.

En Ciudadanos, se lo garantizo, la cosa no está más sencilla.

-Quiero contribuir a cambiar este país, para que funcione bien y no exista corrupción.

-Pues lo siento, porque tiene usted unas cejas horribles.

-¿Cómo que las cejas?

-Que son impresentables. A Luis Garicano se las toleramos, porque el Jefe lo aprecia mucho, pero usted? Además, le sobran unos 12 kilos? Quizás 13? Y esa papada incipiente habría que retocarla? A ver, igual para concejal hubiera valido en mayo, pero para diputado o senador? Amigo, así no se cambia España?

-¿Y qué puedo hacer?

-Sobre todo no vote al PSOE ni al PP. Y después puede probar con comprarse un DVD con clases de pilates? Dicen que se adelgaza mucho?