Monseñor, cuando usted afirma que habría que tener mucho cuidado con los miles de refugiados que nos están llegando en colas interminables, los cuales lo hacen huyendo de las guerras que asolan sin piedad sus países de origen en pos de un mundo mejor. Tan ricamente usted afirma que entre todos los que llegan siempre habrá quienes no sean trigo limpio y a su cristiana perorata añade que, ¡cuidado! , ya que dentro de unos años -algo así- a Europa no la va a conocer ni la madre que la parió. ¿Cómo, usted, miembro destacado de la Iglesia a la que pertenece, la cual se sobreentiende máximo exponente hacia los más desfavorecidos de la tierra? ¿En qué quedamos, no ve usted todas las asociaciones -Acnur, entre otras- que están dejándose la piel con todas estas personas? Monseñor obispo de Valencia, esas tropelías en las cuales se sustentan sus palabras, ¿no cree que son más propias de la ultraderecha de toda la vida -Le Pen and company- y no de un miembro destacado de la jerarquía católica? Hágaselo mirar, señor Cañizares, y con su actuación no le dé más quebraderos de cabeza a su jefe máximo de Roma que ya tiene bastantes y, mientras tanto, dedíquese de lleno al ideario para el cual se supone quedó comprometido.

Ahora bien, si a lo que usted quiere dedicarse de ahora en adelante es a separar la paja del trigo no se vaya tan lejos, ya que garbanzos negros ahí al ladito mismo de usted, haberlos haylos dentro de su misma patria, donde encabezando lo más sangrante estaría la pederastia: trigo sucio, trigo vergonzante... mujeres maltratadas por doquier, donde sus señorías sí que debían haber puesto el dedo en la llaga a través de denuncias continuadas, cosa que no han hecho, aparte claro está, de los robos de guante blanco -Gürtel, Bankia, clan Puyol, Rato, ERE, Púnica, Preferentes- que tanto daño han hecho a la gente honrada de este país. Resumiendo, señor Cañizares, trabajo de limpieza profunda hay por un tubo al ladito mismo de usted. Y aunque nos consta que ha pedido perdón hágase mirar el subconsciente ya que de lo contrario suele juega malas pasadas.