Cuando las cosas no funcionan hay dos maneras de actuar frente a los problemas, por un lado esconder la cabeza bajo el ala y seguir esperando que amaine el temporal o por el contrario coger el toro por los cuernos y enfrentarse de verdad a la embestida del mismo buscando soluciones, y en ese sentido creo que ha sido oportuno que la directiva de la UD haya empezado a tomar decisiones, y espero que no sea la única, sino la primera de las muchas que se deben tomar en los próximos días. Veremos seguro nuevas propuestas y medidas para ir acercando a nuestro equipo a los objetivos deseados y anhelados por nuestra afición para estar muchos años en la Primera División.
Han sido 20 años lo que le ha costado a nuestra UD llegar a la Primera División, en todos esos años hemos vivido momentos difíciles desde el punto de vista económico, deportivo y extradeportivo, a punto estuvimos de que nuestra histórica Unión Deportiva desapareciera, no solo en lo deportivo sino incluso como institución, pero gracias al empeño y apuesta decidida de algunos empresarios, del papel decisivo de algunas instituciones públicas y desde luego del empuje de la afición y de muchos medios de comunicación, que en todo momento supieron estar al lado del equipo sobre todo en los difíciles, incluso estando nuestro equipo en la Segunda División B, se siguió apostando por la identidad de nuestra Unión Deportiva.
Claro que el recorrido fue largo, arduo, difícil y duro, pero se logró y por fin vemos de nuevo a los amarillos en la División de Honor, ese sueño conquistado no solo ilusiona a jugadores y club, por supuesto que es la ilusión de toda una ciudad, de toda una isla y desde luego apoyada por miles de aficionados fuera de nuestras fronteras que se alegraron tanto como nosotros y salieron también a las calles a celebrar el poder ver a nuestro equipo en la mejor Liga del Mundo. Hasta ahí todo muy bien, objetivo conquistado y logrado, pero esa ilusión, nada más empezar la hora de la verdad, se va disolviendo como azúcar en el agua, se evapora jornada tras jornada, las ilusiones compartidas se van cayendo y por supuesto no se puede frustrar una vez más, ni tan pronto, ni con tanta mediocridad todo ese volcán de ilusiones. No se merecen ni esta ciudad, ni esta isla, ni esta afición volver a los errores del pasado. Y me surgen en ese sentido muchas dudas y preguntas de este nuevo proyecto de la Unión Deportiva, que es hora de empezar a hacer balance y autocrítica de este inicio deportivo, para reajustar de forma rápida, antes de que sea demasiado tarde, y tomar todas las medidas necesarias que nos permitan reconducir inmediatamente la situación y el juego que está demostrando nuestro equipo, que salvo determinados y contados partidos y en momentos muy puntuales no es nada competitivo. Por lo general lo que manda en una competición de este tipo son los puntos y las victorias, lo demás en una liga de estas características no sirve absolutamente para nada. Y aquí comienzan las dudas y preguntas de la afición, después de tantísimos años esperando este momento para llegar aquí, ¿se han hecho las cosas correctas para mantener al equipo durante unos años en Primera?, ¿se han realizado los fichajes y descartes de jugadores de forma correcta para que esa ilusión no sea el sueño de una noche de verano?, esas y otras preguntas ya rondan en la afición y sobre todo empiezan a surgir voces sobre si hay un plan b para salir de esta situación. La destitución del entrenador es solo la primera puerta que se abre para salir de donde estamos y esperamos que vaya acompañada de otras medidas deportivas en las que los jugadores también tienen que asumir otras responsabilidades y otro rol diferente al demostrado hasta el momento. La decepción ya tiene que empezar a desaparecer y dar paso a ilusiones renovadas, lo peor que nos podía pasar era anclarnos y no tener miradas de altura para empezar a salir de esta situación. Insisto también en que todo esto tiene que ver con los jugadores y no solo con el cuadro técnico, pero mucho sin lugar a dudas tiene que hacer esta directiva para cambiar el rumbo de esta realidad. No solo las cosas cambiarán destituyendo a un entrenador, se precisa un paquete de propuestas eficaces para salir con éxito y con fuerzas de esta situación.
Los resultados actuales de nuestro equipo e incluso el juego desarrollado por nuestros jugadores, salvo momentos muy puntuales, insisto, dejan mucho que desear y si una y mil veces hemos dicho gracias por lo bien que lo han hecho, también es justo y sensato decir cuándo las cosas no funcionan correctamente, para que se tomen de forma inmediata las medidas que remonten esta situación, porque es posible y real lograr mantenernos durante muchos años en la División de Honor y desde luego no es ni agradable ni mucho menos de recibo que esta afición, que esta ciudad que salió a la calle masivamente a celebrar el acontecimiento de la vuelta a la Primera División vuelva a sufrir una vez más otra frustración, otra desilusión, y por supuesto pasar otra década en el laberinto de la Segunda División.
Y para eso se hacen necesarios reajustes inmediatos de todo tipo sin contemplaciones, toma de decisiones acertadas y, por supuesto, vale la pena invertir, pero de verdad, en un proyecto para largo tiempo, con aspiraciones altas. Para ello se cuenta con presupuestos altos que destina el convenio con las televisiones, con la participación más decidida de los socios y desde luego con la apuesta de nuevas estrategias deportivas y extradeportivas que necesita esa Unión Deportiva de forma inmediata y donde esta directiva ya ha puesto manos a la obra.
Tenemos que recuperar lo que nos pertenece, ser un equipo de auténtica Primera División para disfrutar de ella durante muchos años, hagamos de esto no solo una realidad sino también lo que por justicia nos corresponde y para muchos años... ¡Aúpa Las Palmas! Es la hora de poner manos a la obra pero de forma amplia y eficaz.
