A pesar de haber informado al Ayuntamiento, y a la Policía Local, sobre el volumen excesivo de la música -a altas horas de la madrugada- en una sala de fiestas de la calle Secretario Artiles, a los vecinos se nos viene respondiendo con evasivas, y llevamos meses denunciando esta irregularidad. Entendemos que, lógicamente, los clubes de ocio nocturno tengan derecho a realizar su trabajo, pero no a costa del insomnio de los ciudadanos que habitan las viviendas contiguas a estos respetables locales. En realidad, la solución es fácil: basta con insonorizar el inmueble, pero como la insonorización no es gratis, pues seguimos con esta lucha titánica desde hace años: ellos con la escandalera nocturna; nosotros sin dormir. Y mientras tanto, el Ayuntamiento, y la Policía Local, que son la autoridad competente para resolver estas cuestiones de alteración del orden público, haciéndose los suecos...