La Provincia - Diario de Las Palmas

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¿Antídoto?

Al celebrar el sexto de los ascensos asegurábamos todos que se atendía la más grande y permanente ambición del equipo y sus seguidores, permitiendo estimar como heroicas aquellas plantillas que fueron y por encima de ellas a sus presidentes que a fin de cuentas fortalecen la responsabilidad. A la vez, por creerlo justo, declarar como escuderos de grandeza a los entrenadores y jugadores que marcaron el camino. O sea, que se pensaba en la responsabilidad de representación y la de la actividad deportiva.

Conquistas de este tipo merecen un trato especial, medido y responsable cosa que, visto ahora, desde fuera y ya ascendidos parece no haber estado presente en el caso Herrera. Sobre todo estando tan juntas como están la buena y la mala de sus razones: la de un ascenso al que contribuyó el equipo y la mitad de los partidos jugados en negativo. De tal manera el técnico fue despedido ocho partidos después de aquel que a tantos nos hizo llorar de alegría por el ascenso. Varios son los razonamientos sobre la base de la actitud.

Y es que da tanta tristeza y pone tanto dolor en el alma de una región y su historia futbolera esto de que en los meses de una Liga se pierda lo que se ha tardado trece años en recuperar, que, nerviosos con la amenaza que asoma, igual se puede catalogar de neumonía un simple refriado, o, con bisturí en mano cortar por donde se cree nace lo malo como han hecho. Por eso de los héroes de la temporada14-15 ya se ha borrado alguno. Pese a ello, Paco Herrera es digno del recuerdo y agradecimiento del pueblo a quien acercó lo que pedía. Con él comparte un pedazo brillante la historia del club como es un ascenso que siendo cosa tan difícil y perseguida nunca es anécdota ni fruto de la casualidad, obliga a luchar por encina de los demás.

A Luis Valle, Satur Grech, Vicente Dauder, Roque Olsen y Sergio Kresic vi pasar por esta misma ruta con los nervios a flor de piel buscando subir. Y ya ven todos ellos, menos Kresic que se marchó por propia voluntad y sin sangre, tuvieron que pasar como usted don Paco por el quirófano en la despedida.

Aun con ello, voluntarios o desalojados, todos merecen ser aplaudidos por las seis grandes conquistas que no pequeñas casualidades, avaladas por la tenacidad y exigencia de sus presidentes, en especial de los agraciados atrapando un premio mayor como es el de subir a Primera objetivo primordial de todos los que vienen detrás. Con Miguel Angel Ramírez se acaba de romper el continuado maleficio que nos estuvo trabando tantos últimos momentos. Ya estamos arriba.

El objetivo ahora es otro; mantener la conquista. ¿Nervios? ¿Precipitación? ¿Necesidad? Lo cierto es que para ello apareció el bisturí corrector que no respeta nombres ni categorías porque igual barre directivos, presidentes, que utilleros. Ahora le tocó al entrenador que es baja porque preocupan los nervios ante la incógnita sobre si hay simple resfriado o amenaza de neumonía en el equipo.

Sin menoscabo del respeto y simpatía que nos merece Paco Herrera hacemos votos para que Quique Setien, nuevo entrenador, se convierta en eficaz medicina para el club.

Nos disponemos a comprobar que el aficionado, obligado siempre a ser exigente, refuerza su aliento y colaboración para hacer cierta la leyenda de que tras la tempestad puede venir la calma.

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