La Provincia - Diario de Las Palmas

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Sergio Bolaños, médico-motorista

No rugen sino que gimen las motocicletas canarias y su gente. Ha muerto este que fue que fue su gran médico.

Recuerdo los albores del motociclismo canario hace mas de 70 años cuando, aunque también difícil, era más fácil comprar una moto que un auto; cuando hasta para los niños era más emocionante simular subirse a un sillín como quien monta a caballo, una vez sentado en él, darle un cuarto de vuelta a la llave o un toque de pie al contacto, agarrarse al manillar y torcer su mando como quien retuerce la ropa mojada para escurrirla y luego, brooumm!! broooom!!, comenzar una supuesta ruta tumbándose con arte a la banda propicia. Ese y así ha sido, es, y a lo mejor continuará siendo durante mucho tiempo, una perpétua decantación entusiasta de la infancia, de la juventud y hasta de los hombres de barba y bigote a quienes el motor y las dos ruedas sigue nutriéndoles emoción, aún ahora, pese a saber, como saben todos, que varios héroes semejantes, montados en extraño artilugio, y conducidos no sé cómo, están escudriñando nada menos que el espacio sideral para encontrar algo, mas difícil todavía, como es lo que mañana quiere buscar la UD Las Palmas en el Santiago Bernabéu. Ganar allí al Real Madrid, extraño fenómeno solo producido en sueños como este del que les escribo antes de volar hacia la capital, junto a fieles canariones a quienes acompaño asegurando que si el deseo, (que es lo nuestro), pudiera más que la fuerza, dinero y saber (que es lo de ellos) seguro que ganaríamos al que dicen y al parecer es, el mejor equipo del mundo.

Y que no les extrañe este intermedio mezclando el sueño futbolero con el lamento por la desaparición de un conocedor de su deporte como Sergio Bolaños, a quien despedimos recordando cuánto hizo el hombre en favor de organización y órden de su deporte. Aunque no participara dominando en la competición sí estimuló a ésta cuando intervenía, llegando a conocer todos los pros y contras de marcas y pilotos de entonces y ahora, hasta su defunción. Su hermano Oscar era el destacado compitiendo y los dos juntos dejan en la carretera y su taller de la calle Murga la estela referente de Universidad y Hospital del motorismo con la puesta a punto, cuando eso es lo que, mezclado con el acontecimiento de mañana en Madrid, necesita la UD; una buena puesta a punto con la que defender su decoro y ganar nuestra comprensión. Es lo que pedimos y busca Quique Setien. Lo vamos a ver en directo.

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