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Cada cosa en su sitio

El mimbre y la porcelana

No parece que el símil de Pablo Iglesias en su primera rueda de prensa en La Moncloa vaya a tener tanto éxito como el de "la casta". Un cacharro de porcelana representaría el pasado -el del "bunker inmovilista"- mientras que el mismo utensilio hecho de mimbre seria el futuro: el del Estado reconstruido sobre la base de las "cinco garantías" legitimadoras del cambio político predicado por Podemos: cinco puntos generales fácilmente asumibles por cualquier demócrata y mucho más serios que un recipiente incapaz de retener sus contenidos. Todo fluye y nada queda en un cesto de mimbre, como tampoco en el eco de unas palabras vaporosas y elusivas que han ido muy poco más allá del cartel electoral del joven dirigente y de la imagen de moderada contención que quiso proyectar desde la sala de prensa presidencial, con las banderas española y europea cubriéndole la espalda.

Iglesias estuvo muy convincente en su reciente despedida del Parlamento Europeo, pero en la Moncloa ha preferido una ambigüedad decolorada. Nadie que haya seguido su resumen del encuentro con Rajoy puede decir que ya sabe lo que quiere cuando defiende el referéndum -¿qué clase de referéndum?- o el Estado plurinacional -¿en qué se diferencia del estado independiente que intentan JxS, ERC y CUP- o su rechazo a debatir sobre Cataluña sin hacerlo de toda España. No ha omitido una sola de las palabras biensonantes que no comprometen, ni perfilado una postura sobre la solución política, no jurídica, del conflicto, más allá del tópico de un diálogo que no revela sus bases dialécticas por encima del muy generalista no querer que Cataluña se separe, cosa que tampoco quieren más de la mitad de los catalanes.

Si el líder de Podemos cree extender con esto la irradiación de su grupo, se equivoca. Problemas como el catalán exigen algo más consistente que una explotación provechosa de la llamada al diálogo del presidente del Gobierno o la eficacia imaginera de hablar a todo el país desde La Moncloa. La renta que de ello puede deducir Podemos no será mayor que la de Rajoy por el hecho mismo de llamarle (abriendo el búnker), con lo que el efecto compensado neutraliza las rentas. Además, el presidente seguirá llamando al resto de los partidos que tienen parlamentarios estatales o autonómicos. Después de su propia entrevista, Albert Rivera ha sido mucho más explícito, y la gente sabe mejor a qué atenerse sobre Ciudadanos. La indefinición de Iglesias no le reforzará en Cataluña, donde ya ha sufrido resultados muy mediocres, ni en el resto del Estado, que detesta el tacticismo en asuntos tan serios y preocupantes como el catalán. El mimbre de Iglesias puede estar perdiendo contenidos mucho más deprisa de lo que cree.

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