El comunicado reciente de la Organización Mundial de la Salud sobre los efectos cancerígenos del consumo de carne roja y procesada me recuerda que hace más de 30 años, en la época en la que yo distribuía el whisky J&B en exclusiva, recibimos un télex ¡ya pueden imaginarse los años que hace! donde este mismo organismo nombraba varias marcas de whisky como perjudiciales para la salud y que su consumo producía cáncer.
Los fabricantes de aquella época decían que efectivamente tenían un estudio que decía que "puede" causar cáncer, pero que para morir de esa enfermedad habría que beber una bodega completa, y que era más probable sufrir cirrosis hepática.
En resumen, todo en la vida hay que tomarlo con moderación. He visto una señora en un mercado de Madrid que dice que lleva toda la vida comiendo carne y salchichas, ¡con unos 70 años y tan fresca!
Por otro lado, antes para detectar el estado de los alimentos utilizábamos nuestro olfato, la vista y se hacían unos análisis sencillos. Sin embargo, hoy en día , con los aparatos sofisticados que existen, se analizan las partículas más minúsculas. En definitiva, me parece una exageración la forma en que la Organización Mundial de la Salud ha difundido esta noticia en los medios de comunicación, causando alarma y preocupación en todos los sectores.
