Al final, casi siempre pasa lo mismo: la Cultura es la María de todas las disciplinas. Cuando hay que replantearse los diversos gastos públicos a realizar, la Cultura es la pringada nº 1. No es la única, es cierto. Junto a ella, las demás áreas suelen ser Educación y Sanidad. Es la práctica habitual en el país del fracaso escolar, las faltas de ortografía y el Gran Hermano 16. Aún no había concluido la jornada del Womad celebrada el pasado sábado día 7 de noviembre en la playa majorera del pueblo de Gran Tarajal y ya se oía por los mentideros majoreros el rumor de que iba a ser la última edición que se celebraría en Fuerteventura. Nada extraño. Cuando la mediocridad se hace fuerte en el país del Sálvame Deluxe, todo es más sencillo de entender. Ojo... Que no se me entienda mal: esta es la conclusión a la que llego después de ver los errores de bulto que se han perpetrado en este asunto. Por un lado, los que opinan que el Womad supone demasiado gasto para las arcas públicas y por otro, los que creen justo lo contrario. Ambas opiniones parten de postulados erróneos: en primer lugar, los recursos públicos destinados a la Cultura (siempre y cuando se realicen con profesionalidad) no deben considerarse jamás como un gasto sino como una inversión a futuro en toda regla. Este error de concepto define a todas luces la altura política de nuestros gobernantes no solo a nivel autonómico sino nacional y se explica nítidamente en aquella frase del político alemán Otto von Bismarck (1815-1898): "El político piensa en la próxima elección, el estadista en la próxima generación". Y, efectivamente amigos, pensar en la Cultura es pensar en las próximas generaciones. Cuando hablo de Cultura, pienso en todas sus disciplinas (música, teatro, danza, cine, todas las artes plásticas, etc...) Pero de todas ellas, la música es, tal vez, la más poderosa por poseer además de todos los beneficios que comparte con las demás, la universalidad. La música abre fronteras. Más bien las derriba a golpes de realidad. Une a los pueblos aun sin conocer sus lenguas nativas. Nos hace vibrar conjuntamente a personas de culturas y costumbres radicalmente distintas. Nos alimenta el espíritu y nos enriquece el alma. Por estas y por otras muchas otras razones el dinero dedicado a su promoción es una inversión de futuro y nunca un gasto.

El segundo postulado erróneo del que partimos (y que es un mal endémico generalizado en Canarias) es considerar que la organización de eventos como el Womad o el FEM (Fuerteventura en Música) dependa exclusivamente de los dineros sacados de la caja pública. Pero Dios mío, ¿en qué mundo vivimos? ¿No es el siglo XXI? ¿No es el mundo de los audiovisuales y de las redes sociales? ¿No es la era del marketing y la globalización? Pues no. Para la mayor parte de las autoridades Canarias no. Para ellos, cualquier acción debe estar apadrinada en cuasiexclusividad por papá Administración. Y claro, luego llegan las vacas flacas, la hora de los recortes y, ya se sabe, la primera en sufrir la amputación, es la María (entiéndase Cultura, no piensen mal)... Para salir de este círculo vicioso y pensar de otra manera hay que hacer otras cosas. Entre ellas, poner en valor nuestros puntos fuertes, nuestras ventajas como isla: Fuerteventura es el escenario perfecto para la organización de este tipo de eventos. Pocos lugares en el mundo ofrecen un marco tan espectacular como la isla majorera. Naturaleza, sol, playas incomparables, buen clima, oferta alojativa de gran calidad, etc... aspectos que muy pocos poseen y que suponen una mina de oro para la promoción turística ligada a la cultura. Siempre he estado convencido de ello. La cultura unida a la promoción turística. No hay más que ver la cantidad de personas en el mundo que viajan para disfrutar de un espectáculo musical en directo. Gente que, por otro lado, suele tener suficientes recursos económicos como para estar unos días haciendo turismo y gastándose las perras en el lugar de destino. Llegados a este punto, lo que resulta increíble e inexplicable es que no se hayan puesto los medios suficientes para captar la participación del capital privado en la organización de este tipo de eventos. Esta es la manera de actuar: liberar las arcas públicas de la exclusividad económica en la participación de los festivales musicales, es decir, luchar y trabajar sin descanso por una financiación mixta de estos acontecimientos. ¿Atractivo para patrocinadores? Totalmente. Pongo un ejemplo: el Cabildo se reúne con una televisión de tirada nacional (La 2 de TVE) y cierra un acuerdo para la grabación del festival. En esa grabación de 60-90 minutos de duración, se va a disfrutar de lo mejor del festival a nivel artístico y de lo mejor de la isla a nivel turístico. Teniendo en cuenta de que Womad es una marca mundial, Fuerteventura va a estar presente no solo en el mercado nacional sino en el internacional, a un coste muy reducido o cero. Por no mencionar que el acuerdo con la televisión podría incluir la participación del Cabildo en parte de los derechos televisivos que se puedan obtener por la venta de las imágenes a terceros países. Que alguien me diga que esto no es atractivo para los patrocinios privados. Su marca expuesta a nivel mundial, asociada a la marca Womad que cuenta con un prestigio internacional afianzado a lo largo de más de 30 años. Es incuestionable. No quiero que se entienda que llevar a cabo esta tarea sea fácil o sencillo. No. No lo es. Pero el Cabildo tiene suficientes resortes a su alcance para lograrlo. Solo es necesaria la voluntad política para hacerlo. Es la máxima autoridad en la isla, tiene acuerdos con compañías aéreas, con operadores turísticos, cadenas hoteleras, etc. ¿Que se quiere promocionar la isla como Reserva de la Biosfera? Pues se les da un enfoque medioambiental a los festivales musicales. ¿Que se le quiere buscar otra orientación? Pues se dirige el marketing promocional a tal fin. Son innumerables las posibilidades que se tienen al alcance de la mano. Tan solo hace falta trabajarlas, sentarse en una mesa, escuchar las propuestas e ir todos de la mano y en la misma dirección en busca de las mejores soluciones. Según las informaciones publicadas estos días, el coste del festival ha ascendido a unos 365.000 ?, cantidad muy elevada como para poderla soportar con fondos públicos (esta parece ser la razón aducida para cancelarlo). No discuto si es caro o no. Ni siquiera si el retorno en beneficios a la sociedad lo justifica o no. Pero sí me aventuro a decir que al menos la mitad de dicha cantidad podría obtenerse del patrocinio privado. ¿Les parece una opinión demasiado optimista? Pues aquí tienen un dato: fiesta del Orgullo Gay en Madrid del año 2013. De los 220.000 euros del presupuesto con que contó la fiesta, un 70% (154.000 euros) se obtuvo de patrocinadores privados. No me negarán que el Womad tiene mayor proyección internacional que el Orgullo Gay de Madrid, ¿no?

Como conclusión, me gustaría trasladar una petición a nuestros responsables públicos:

D. Marcial Morales (presidente del Cabildo), D. Blas Acosta (consejero insular de Turismo), D. Salvador Delgado (alcalde de Tuineje) D. Rafael Páez (consejero insular de Economía) y D. Juan Jiménez (consejero insular de Cultura), desde el respeto y el aprecio que saben que les profeso, les ruego que mediten las medidas a tomar para las próximas ediciones del Womad y el FEM. No actúen por impulsos repentinos que más tienen que ver con argumentos electoralistas y facilones. No escuchen a aquellos que se los susurran al oído. Vayan más allá... Exploren las múltiples posibilidades que existen de financiación privada para estos eventos. Estudien y déjense asesorar para encontrar nuevas formas de promoción turística de la isla. Y sobre todo, no traten a la Cultura como la María de todas las áreas de gestión. Actúen como estadistas y no únicamente como políticos.

Seamos un ejemplo a seguir en Canarias.