El mundo es de dos. Salvo tríos improvisados, siempre hay dos mitades de un todo, tan diferenciadas como distantes. O es blanco o es negro, de derechas o de izquierdas, militar o político, juez o parlamentario, dependiente o imparcial. Este último aspecto es vital para fortalecer los pilares democráticos. La independencia debe regir en todos y cada uno de los ámbitos de la sociedad. Empezando por lo que ahora usted tiene entre sus manos, un periódico no es mejor o peor en función del tamaño, color, maquetación, papel reciclado o sus suplementos. Cualquier medio es bueno o malo en función de la independencia que demuestre en su quehacer diario. Su fuerza radica en su capacidad de contar las cosas de forma contrastada, aunque no complazca los intereses de otros. Los medios, en pocos casos se produce, deben de hacer frente a extorsiones de tipo "si te metes conmigo no me publicito" y tiene que aferrarse al rigor de cada información, que es lo que a la postre le aporta credibilidad. Pero la independencia debe ser inherente al mundo castrense y al judicial, que no deben sobrepasar la línea roja de la política. En el caso de los magistrados, la incompatibilidad con la política es manifiesta antes o después de impartir justicia. Lo mismo ocurre con los militares, que están para defender al país ante cualquier amenaza (guerra o conflicto social) y velar por la soberanía y el bienestar de la nación. Este cuerpo no debe hacer maniobras en el terreno político. Este es el caso del ex jefe del Estado Mayor de la Defensa y su torpeza por fichar por Podemos. Error de bulto de José Julio Rodríguez al hacer públicas sus ideas políticas y aceptar ir en las listas del clan Iglesias sin haber esperado a que su retiro se hubiese materializado. Quebró su neutralidad y multiplicó su incoherencia. El que aspira a ser ministro de Defensa defendió unos principios durante su carrera profesional que chocan con el programa de Podemos, que mantiene ideas poco compatibles con la filosofía del Ejército. Por cierto, si esperaba que al escribir de independencia iba a regalar un par de renglones a Cataluña, olvídelo. No ha lugar.
