La Provincia - Diario de Las Palmas

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Tropezones

Breverías 14

Atendiendo a la sugerencia de M. T., buen consejero y mejor amigo, he decidido rebautizar esta sección que en vez de greguerías pasará a llamarse breverías.

El otro día en la llegada de viajeros del aeropuerto de Gando, entre los que suelen acechar a los pasajeros con un gran cartel sobre la cabeza con el nombre de la persona esperada, había uno inusual. El nombre no lo era, pues figuraba en grandes letras "John Smith". Lo inhabitual era que sostenía el letrero al revés, mostrando una cara en blanco a los perplejos viajeros. En realidad perplejos todos menos uno, el que venía de incógnito, gratamente sorprendido por la discreción del emisario.

Al recoger hace unos días el coche del taller no sabía muy bien si la suma de la factura era por trabajos realizados, o suponía el importe del rescate.

Al diagnosticarme mi médico un principio de artrosis, la verdad es que el veredicto me sonó más bien a "desastrosis".

Según Hemingway es conveniente escribir de acuerdo con el principio del iceberg. O sea que lo escrito corresponda a la parte que asoma sobre la superficie, pero que el lector se huela que hay siete partes bajo el agua que dotan de enjundia a lo de arriba. ¿Verdad que algunos políticos parecen tener el iceberg del revés?

Cuando me como un pollo, prefiero el muslo, más mollar que la pechuga. Pero recordando de nuevo a Hemingway, tendría que rizar el mismo rizo que él, escogiendo el muslo izquierdo, por ser el más tierno. ¿No recuerdo por qué pero me imagino que la mayoría de los pollos son diestros y su pata derecha es por ello más correosa?

Un amigo mío en el día de su boda, ya en el altar, hurgaba frenéticamente en sus bolsillos para encontrar la alianza destinada a la expectante novia. Entre otros objetos, alguno de ellos inconfesable, emergieron un resguardo de quiniela, un chicle, una ficha de dominó y dos tees de golf, hasta conseguir cribar el recalcitrante anillo. Además de experimentar cierta envidia por la diversidad de los hobbies exhibidos, no pude evitar barruntarme que a partir de ahora tal vez el polifacético novio tuviera que renunciar a más de una de sus aficiones.

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