La Provincia - Diario de Las Palmas

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Sol y sombra

Conceptos espesos

No es una guerra de religiones a no ser que se quiera meter injustamente a todas las religiones en danza por culpa exclusiva del delirio que despierta una sola. No, no lo es: pensar lo contrario significa simplificar el problema. Hasta cierto punto sí es una guerra por la religión, que es distinto. Pero también por otros muchos motivos.

Ahora recuerdo aquellas palabras literarias y clarificadoras de Francisco Umbral cuando la masacre de los trenes en Madrid del 11-M: "Nos odian desde los griegos". La guerra declarada a Occidente por esa barbarie fundamentalista llamada ISIS tiene que ver básicamente con la Civilización, se trata de un ataque a la Humanidad y sus logros como dijo el presidente Barack Obama.

El problema es que, por lo general, se manejan conceptos demasiado espesos, fruto del falso complejo de culpabilidad. Algunos de ellos se contraponen de manera confusa. Suele ocurrir estos días a raíz de los ataques brutales en París. ¿Seguridad versus libertad? Lamentablemente, está empezando a resultar algo peligroso conciliar el hecho de sentirse libre y, al mismo tiempo, en el punto de mira de un kalashnikov. No hay más que ver cómo la libertad de tomar una copa, cenar en la terraza de un restaurante o asistir a un concierto de rock se ve sangrientamente restringida.

Convendría tener claro, además, que la violencia desatada en el corazón de Europa no es contra el islam, ni las víctimas más directas son los musulmanes, sino la gente que en París un viernes disfrutaba de sus horas de ocio ajenos a la furia demencial de unos fanáticos asesinos. Como es natural, nadie piensa, ni siquiera la ultra Marine Le Pen, que todos los musulmanes sean unos terroristas, pero resulta innegable que todos los terroristas identificados hasta ahora en las masacres sí son musulmanes.

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