La Provincia - Diario de Las Palmas

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Inventario de perplejidades

Aventura militar en África

El ministro de Asuntos Exteriores, García Margallo, es uno de los más entusiastas panegiristas de su jefe don Mariano Rajoy y aprovecha cualquier ocasión para presentarlo a la opinión pública como el hombre providencial que evitó que España cayese en el abismo de la crisis económica. Hace bien porque al fin y al cabo le debe cargo, pero en ocasiones habla demasiado y en vez de beneficiarlo lo perjudica gravemente poniendo en circulación lo que no conviene.

Hace unos días, por ejemplo, y durante su intervención en la tertulia política de una cadena de televisión, vino a dar por cierta una información periodística que atribuía al gobierno español haber realizado una oferta al gobierno francés para sustituir las tropas que París tiene desplazadas en territorio africano (Malí y el Sahel) para combatir milicias islamistas. Según esa versión, el contingente militar francés volvería a Europa para concentrar sus esfuerzos en la guerra contra el terrorismo yihadista y sería relevado por soldados españoles en un área geográfica que ya estaría prácticamente pacificada y sin mayores peligros. (Algo parecido a aquella idílica zona horto-frutícola que nos describió el inefable Federico Trillo cuando quiso tranquilizar a la ciudadanía española sobre los riesgos que correrían nuestras tropas durante la guerra de Irak). Ni que decir tiene que, los tertulianos que acompañaban al ministro se manifestaron encantados con esa iniciativa mientras el señor García Margallo se deshacía en muecas de complicidad y aire de estar al cabo de la calle de los secretos de la alta diplomacia.

El asunto no era para tomarlo a la ligera (Francia tiene 10.000 soldados en tierras africanas y sustituir una fuerza de esa clase posiblemente excedería de las disponibilidades españolas, además de que pudiera provocar el rechazo de un amplio sector de la opinión pública) pero se trató como si estuvieran hablando de una inocente excursión campestre. Para desgracia de nuestro ministro, al día siguiente de hacer estas insinuaciones, se produjo en Malí el ataque de una milicia terrorista a un hotel que se saldó con más de veinte muertos. A menos de un mes para la celebración de unas elecciones generales, la indiscreción de García Margallo ponía al gobierno en un inconveniente papel belicista, y su vicepresidenta, señora Sáenz de Santamaría, se vio obligada desmentir tajantemente esa posibilidad. De momento, desconocemos si la indiscreción de Margallo se corresponde con una oferta de ayuda del gobierno español al gobierno francés, y si esa ayuda consistía o no en la sustitución total o parcial del contingente militar desplazado por París al África central. Para aumentar la confusión, el ministro francés de Defensa ha declarado estar a la espera de concreciones. " Vamos a ver lo que proponen los españoles -dijo- y si las fuerzas europeas vienen y relevan a las francesas es lo que debe ser". Conociendo el carácter de Rajoy y su alergia a comprometerse demasiado en asuntos de una cierta complejidad, nos inclinamos a pensar que su oferta era limitada y previa a una implicación en el mismo sentido del resto de los países europeos. El político pontevedrés tiene muy mala experiencia personal sobre los efectos electorales de cualquier aventura militar española en el extranjero. " Tú y tu maldita guerra" dicen que le reprochó a Aznar después de los atentados del 11-M.

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