Durante más de cien años, que es la historia del Real Club Náutico de Gran Canaria (que era entonces un club de señores), por un elemental principio de cortesía, las juntas directivas entrantes respetaban las gestiones de las anteriores y los miembros de las Juntas salientes, las gestiones de los actuales. Ustedes han roto con esa regla.

Consecuentemente, con harto dolor me veo en la obligación de intervenir, de nuevo (lo hice una vez, cuando con el pretexto de ser un acuerdo de la Junta General, acabaron cruelmente con el cuadro del centenario y, por segunda vez, cuando con un escrito análogo a este en julio me negaron su publicación en la web del club, porque no se ajustaba mi petición "a la legislación vigente"), porque en esta ocasión la reiteración de implicar a la Junta Directiva que me honré presidir durante muchos años, en la campaña que ustedes aseguran que se está haciendo en su contra, es una gravísima acusación que acompañan con una serie de afirmaciones, unas absolutamente falsas y otras manipuladas maliciosamente, dignas de llevarlas a un juzgado si estos fueran más eficaces en el tiempo.

Como responsable de aquella Junta Directiva tengo que salir a defender la dignidad de mis compañeros y, por supuesto, la mía propia.

Es inaudito que se atrevan a culpar de esta supuesta campaña "a un grupo muy concreto de pretendidos sucesores de la anterior Junta Directiva", con alusión concreta a la que yo presidí, y para castigar este atrevimiento sacan a mansalva los trapos sucios de mi Junta Directiva (trapos sucios para ustedes que no saben distinguir, por lo visto, el blanco de lo negro).

A estas alturas de su gestión, todavía no se han enterado del malestar generalizado que existe entre los socios que habitualmente visitan el club, por las noticias que ustedes mismos están generando. ¿Creen ustedes que puede pasar desapercibido para los socios que hayan liquidado el ejercicio del 2014 con más de 400.000 euros de déficit, cuando solo se les había autorizado 80.000? ¿O que los 700.000 euros que tenían en caja cuando tomaron posesión se hayan esfumado?, ¿o que quizás por estas razones hayan dimitido el contador y la tesorera? ¿O que en solo dos años se haya cambiado cuatro veces de comodoro y tres de vicecomodoros? ¿O que no se cubran las dos vacantes en la directiva? ¿O que hayan cesado al director Náutico, uno de los más leales empleados del club, después de nombrarlo a "bombo y platillo" por ustedes mismos? ¿O que se hayan expedientados a la vez a 34 socios numerarios?, cosa inaudita en cualquier club de España. ¿O que se ha roto "la paz social" con los empleados? ¿O que hayan perdido escandalosamente el apoyo de los socios en las Juntas Generales, pasando de una cómoda mayoría en las dos primeras juntas, a perder todas sus propuestas en las últimas, pasando por la aprobación ridícula de la liquidación del Presupuesto de 2014 por solo 1,3% de los votos?

Ustedes, que son muy inteligentes, deberían de comprender que todas estas circunstancias son el caldo de cultivo de toda clase de bulos y rumores. Pero no. Han preferido calificar esta realidad como "una campaña" propiciada por un pequeño grupo de pretendidos sucesores de la Junta anterior, sin entrar en el fondo de la cuestión. Y se quedan tan tranquilos.

Por cierto, qué pronto olvidaron que en la primera a Junta General que convocaron ustedes me levanté para pedir un voto de confianza a su favor, que presentaban un presupuesto deficitario de 80.000, que después elevaron a más de 400.000, gesto que contribuyó a que se lo aprobaran por unanimidad. Por supuesto, no esperaba que me devolvieran el favor ni falta que me hace. Lo que no me esperaba es que poco después me engañaran cuando me aseguró el presidente que estaba resuelto pacíficamente el único contencioso existente en el club con otros socios, cuando la realidad fue que me quitaron la razón y se la dieron a los otros, sin consulta previa alguna conmigo. Aunque tal y como están las cosas no me han extrañado las alusiones personales que me hacen que, para satisfacción de ustedes, sí puedo asegurarles que me han dolido profundamente cuando se ufanan de que "se cancelaron las tarjetas de crédito del presidente" (solo era una) o "se devolvió el coche del presidente" (ya lo había devuelto yo hacía meses), sacando del contexto normal unas cuestiones propias de una gran empresa (el coche lo ofreció Toyota, como otras empresas lo hace con los jugadores de fútbol o los de baloncesto y la tarjeta de crédito las entidades bancarias, en donde su presidente trabajó durante 18 años y dejó una herencia patrimonial al club que cuadruplicó su superficie, pasando de 12.000 metros cuadrados a casi 50.000, con una marina ejemplar e infinidad de nuevas instalaciones (tres pistas de pádel, gimnasio, solárium, ludoteca, club juvenil, tres salas para actividades diversas, se duplicaron las plazas de aparcamientos, potabilizadora, placas de energía solar, etcétera) que precisamente ustedes, los de su generación, fueron los primeros en disfrutar, cosa que no pudimos hacer los de la nuestra, y que es posible que alguna junta directiva del futuro sepa valorar, aunque para mí este hecho carece de importancia. Con todo esto, ¿vienen ustedes ahora a echarnos en cara que utilizábamos "tarjetas de crédito", forma habitual de pago de todas las empresas, o que nos gastábamos el dinero en mantener un coche que nos habían cedido gratuitamente? Ya se supondrán ustedes a dónde les estoy mandando.

Asombra, por otra parte, la soberbia con que se autoalaban la gestión que vienen realizando sin aun haberla terminado: "Se pagó el canon portuario, se restableció el funcionamiento, se legalizaron los servicios, se ha ordenado el varadero, se ha combatido el absentismo?" O como ha dicho el presidente en el mismo tono, "nunca el Rcngc ha tenido tanta transparencia y libertad de disponer los socios de información de cualquier clase, nunca antes se habían atendido las quejas de forma tan rápida?." Es decir, ninguna Junta anterior lo ha hecho tan bien como ustedes. Es decir, que el club ha subsistido durante más de 100 años por puro milagro y ahora se salva, gracias a ustedes.

Es obvio que ustedes tienen que explicar a los socios lo que están haciendo, pero lo están exponiendo en un tono tan desafortunado que las demás directivas que ha tenido el club quedamos como inútiles e incapaces, con el añadido para la nuestra de una clara insinuación de corruptos, con el fin evidente de hacernos daño, cosa que están consiguiendo. ¿Cuál debería ser nuestra respuesta? Contesten ustedes.

De los cuarenta y pico hechos que describen, entre los que están enumerados y los que no están (al margen de las actividades de recreo, cultura e incluso modificación de los estatutos, temas insustanciales para lo que nos trae aquí) con el denominador común de autobombo y puyazos a la junta anterior, en ocasiones muy graves, me he permitido seleccionar algunos que bastan para desmontar la estupidez de sus restantes afirmaciones, además de las ya comentadas.

Con una cara dura de mucho cuidado se atreven afirmar que "por primera vez en la historia del club presentan un presupuesto organizado de acuerdo a criterios contables". Horrorosa e incierta afirmación. Y que eso lo diga una Junta cuyo presidente, durante 12 años anteriores, estuvo dando el visto bueno en esa materia presupuestaria a las cuentas del Club. Todas las Juntas anteriores han presentado presupuestos adecuados, en cada caso, a las normativas o tecnologías existentes en cada momento. Hablo con conocimiento de causa. Fui directivo, y en ocasiones tesorero, desde 1958 a 1963.

Se equivocan ustedes cuando aseguran que el club estuvo durante los dos últimos años sin seguros. El Club abonó sus primas con talones nominativos a nombre de las compañías. Si estas no los cobraron, será un problema de ellos, no una desidia nuestra.

Se ufanan de haber bajado las cuotas de atraque, con el propósito obvio de ganarse la voluntad de los armadores, cuando lo que han hecho es poner en peligro el plan de amortización del préstamo de la Caixa que era una combinación entre subida de las cuotas y los ingresos de la marina, pactada cuidadosamente con los armadores. Por lo tanto, las cuotas no se fijaron gratuitamente en su momento.

Se ufanan también de haber inscrito el edificio en el Registro de la Propiedad, gasto económico que han hecho inútilmente, pues este es un acto administrativo que no tiene efecto económico alguno. ¿En qué han consistido las mejoras de las condiciones hipotecarias del préstamo con la Caixa? Las juntas anteriores lo evitaron a propósito.

Se organizó el club de acuerdo con una estructura orgánica racional con jefes de servicio responsables ante la gerencia? Es decir, que están diciendo que en el club, hasta que llegó esta junta de sabios, no existía un "organización racional". ¡Menos mal que con una organización "irracional" la Junta anterior les dejó una economía saneadísima!

Pero lo más doloroso de este lamentable informe, es la miserable y demagógica conclusión a la que han llegado "realizando una comparativa de gastos de viaje en primera clase, etcétera", en la que destilan auténtica malicia. El presidente electo se habrá enorgullecido con los esbirros con los que cuenta. Ustedes no han querido enterarse de que todos esos gastos "suntuosos" fueron conocidos y aprobados expresamente por las Juntas Generales correspondientes y conocidos por los socios censores, entre los que estaba el actual presidente. Para entender la justificación de esos gastos, hay que comprender lo que el Real Club Náutico de Gran Canaria ha representado en la sociedad canaria, española y mundial y, para eso, hay que tener una sensibilidad intelectual de la que, obviamente, ustedes carecen. Por eso no quiero perder más tiempo repitiéndoselo.

Y para terminar, aunque ustedes no se lo crean, no siento la menor animadversión hacia ustedes. Es la resultante de la experiencia de haber vivido tantos años y como consecuencia, seguramente, de tratar toda mi vida de ser objetivo en mis apreciaciones.

Soy socio ininterrumpido del club desde hace 57 años, 25 como directivo, por lo que mis naturales sentimientos, ahora, sean tratar de corregir, por el bien del club, los disparates que ustedes vienen cometiendo.

Esta actitud mía es perfectamente compatible con los descalificativos que muchos de sus actos han merecido. De alguna forma hay que definirlos, para que traten de enmendarlos y, además, darles la oportunidad de pedir perdón por los ultrajes que nos han dirigido.