La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Piedra lunar

Tiempo vegetal

La técnica de la fotografía ha revolucionado nuestro mundo a pasos agigantados y está cambiando nuestras relaciones sociales. En la fotografía prima un cierto mecanicismo, máxime cuando en esta coyuntura histórica vivimos de manera sobredimensionada el dominio de la imagen. La imagen ha alcanzado tal protagonismo que oculta el discurso lingüístico. Cualquiera tiene una cámara en el bolsillo, y cuando se produce un evento en un escenario abierto, el público se convierte en fotógrafo colectivo, con sus brazos alzados, formando un bosque con la luminosa flor de su cámara entre sus manos: quien no haya captado una imagen del acto es como si no hubiera asistido. La realidad no es la que tienen delante, sino la que ha quedado atrapada en sus píxeles y que envían a la red de redes, a la nube virtual, para ser compartida por un destinatario ausente. El selfi está en el borde del autismo, del autoengaño del bumerán, conductas sobre las que los psicólogos y sociólogos tendrían mucho que decir. La muestra fotográfica que Mariano Guillén acaba de clausurar en el Club LA PROVINCIA propicia una reflexión sobre el tránsito entre los lenguajes imagen y literatura. En la treintena de imágenes agrupadas en Motivaciones naturales, Guillén se muestra como investigador de la imagen y de la luz. Sin luz el mundo visual no existe, y es la luz la que le da corporeidad. El artista ha seleccionado un campo temático, bosques y paisajes, que recorre de manera obsesiva y emotiva. Esa motivación genera un diálogo con el entorno, partiendo siempre de una idea previa, que es la exploración del estallido de la luz sobre los elementos vegetales. Con ello, se desvela una motivación que tiene su origen en la búsqueda de la belleza. En la mente del fotógrafo habrá representaciones o conceptos difusos pero que toman forma cuando se los encuentra en sus andares por el interior de los montes. En estos cuadros hay mirada selecta. El encuadre de un paisaje de castañeros ofrece múltiples sugerencias: la verticalidad de un pino joven en primer plano contrasta con el tronco retorcido por los años del viejo castañero. Pero el cuadro encierra una lectura del tiempo. Es el otoño. Las hojas doradas fueron verdes en primavera. Es un cuadro literario, porque el artista ha engarzado Tiempo y Poesía con mayúsculas. Y el muñón del tronco de un eucalipto leñoso, muerto por el tiempo, pero con un renaciente pastel de risco, verdoso y vivo, evoca el poema "Al olmo viejo" de don Antonio Machado. Hay belleza y sugerencias machadianas en estos cuadros fotográficos de Guillén.

Compartir el artículo

stats