Melisa Rodríguez, que encabeza la lista de Ciudadanos al Congreso de los Diputados por la provincia tinerfeña, dijo ayer, en presencia de Albert Rivera, que su partido es el que mejor representa a la ciudadanía española de la misma forma que la Unión de Centro Democrático que hace cuarenta años lideró la transición". La señora Rodríguez subrayó la similitud afirmando que Ciudadanos "es un proyecto regenerador y sin experiencia en la corrupción". Qué cosas. No digo ya que sea más o menos inútil el ejercicio de identificar al partido que mejor represente a los ciudadanos españoles. Es que resulta muy asombroso que la coordinadora territorial de Ciudadanos en Canarias corra el riesgo de parangonear a su organización con la UCD. La Unión de Centro Democrático fue un partido oportunista montado a toda leche por Adolfo Suárez y media docena de colaboradores para seguir en el poder que ya ocupaba por designación real. Era imprescindible convocar unas elecciones y para presentarse a las elecciones convenía disponer de un partido. Un quilombo de franquistas reciclados desde el Movimiento a la Monarquía parlamentaria, algunos democratacristianos resignados, una facción de liberales distraídos y cuarto y mitad de presocialdemócratas que al cabo de legislatura y media ya estaban tocando la puerta del PSOE. Eso y un montón inescrupuloso de funcionarios, todo el universo marengo de las burocracias del Estado franquista, que no estaban dispuestos a perder el autobús, se integró en UCD, y terminó por desintegrarla, en un proceso de autodestrucción que comenzó cuando Suárez (y no esa federación de clubes que simulaban ser un partido) culminó su misión real, la negociación y aprobación de una Constitución. Porque la UCD fue siempre una fanfarria, un instrumento político-electoral urdido desde el poder y para el poder, un ágape de cargos y prebendas, y nunca coaguló como proyecto político. Seriamente, ¿Ciudadanos es lo mismo? ¿Cómo se le ocurre semejante enormidad a Rodríguez?

No creo que Ciudadanos sea una fuerza netamente derechista. En el debate electoral del pasado lunes, Pablo Iglesias dijo irónicamente sobre Albert Rivera: "No es de derechas. Es de lo que haga falta". Si el sarcasmo es preciso y poco discutible es porque de Podemos se puede decir aproximadamente lo mismo, pero desde la izquierda. Si Podemos ha intentado conquistar la centralidad de la izquierda (amontonando votantes socialdemócratas con voto antisistema) Ciudadanos ha luchado por controlar la centralidad de la derecha (sumando votos conservadores hastiados de inmovilismo y corrupción con votos a favor de un reformismo moderado y pragmático de las instituciones del Estado). Por lo demás en los discursos de Rivera y Rodríguez estaba Canarias, en efecto. Allá al fondo. Como la música que se escucha en algunos ascensores. En subida y en bajada. Algo un poco superfluo y un fisco narcoléptico.