Hasta de las malas noticias es obligado sacar enseñanzas. De todo se aprende y hasta del bloqueo comercial ruso a las frutas y hortalizas se debe aprender y sacar las oportunas consecuencias.
La Federación Rusa es -o era hasta ahora- uno de los mercados terceros más importantes para los productores hortofrutícolas españoles y de la Unión Europea. Canarias enviaba del 10% al 20% de sus tomates y pepinos al mercado ruso, cuando los mercados de la UE estaban saturados y los precios por los suelos, como ocurre en estos momentos, por los envíos masivos de tomates de Marruecos al mercado europeo, duplicando su contingente asignado e incluso vendiendo por debajo del Precio de Entrada, y sin que Bruselas mueva un dedo para controlar lo que entra de Marruecos a través de Perpiñán, y ante nuestras denuncias para que el Gobierno español pida explicaciones a la Comisión Europea, pasa el tiempo y en mayo, cuando finaliza zafra, se recibe una comunicación diciéndonos o bien que Marruecos no ha incumplido el Acuerdo de Asociación, en cuanto a sus contingentes y precios de entrada, o bien anuncia que se reforzaran los controles en frontera, pero esos controles en mayo no tienen efecto, repito, porque yo no estamos en el mercado. Esta situación, como otras, son las que vienen provocando que el sector hortofrutícola canario tenga poco futuro, aburre al productor y hace que abandone la actividad, que tuvo, no hace muchos años, una importancia impresionante en cuanto a producción tanto en mano de obra como en superficie.
Así vemos que en cuanto a superficie, en 1995 se plantaban 4.500 hectáreas y hoy no llegan a 1.000 Ha.
En cuanto a la evolución del empleo, de 30.000 en 1995 hemos pasado a 6.000 en la actualidad, es decir, una pérdida de 10.000 empleos en 10 años.
En cuanto a la Importación de tomates a la UE procedentes de Marruecos de 2003/04 hasta la fecha ha tenido un incremento de un 75%, de la Península un incremento de un 12% y de Canarias un descenso de un 60%. Estas cifras hablan por sí solas.
En cuanto al veto ruso y sus efectos en España, se pasó de exportar al mercado ruso por valor de 149 M? en el periodo enero-julio de 2014 a seis M? tan solo un año después.
Todos los analistas del sector señalan que "es urgente recuperar el mercado de Rusia", por considerarlo "insustituible" dadas las enormes posibilidades del sector y los buenos resultados que se venían obteniendo.
Al margen de cuándo eso será posible, ya que se escapa al control del propio sector, por ser un problema netamente geopolítico, sí es cierto que las medidas dispuestas por la Unión Europea al efecto han permitido paliar en parte solo las perdidas por el cierre del mercado ruso, lo que no es poco, con resultados desiguales según productos y con la característica común de un importante descenso de precios en campo, animado también por un proceso especulativo difícil de controlar.
En el sector se ha venido insistiendo que había que reducir la fuerte dependencia que nuestras frutas y hortalizas tienen en el mercado comunitario, del 70% o más ventas totales al exterior, y que se debía diversificar más pero algo más hacia mercados de países terceros. Ahora habrá que hacer lo mismo, pero algo más, para contrarrestar también el cierre del mercado ruso.
Ahí está Estados Unidos y la negociación con la UE del Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP) que, en buena lógica, debería beneficiar la exportación de productos mediterráneos hortofrutícolas. Algo que aún no está demasiado claro, más teniendo en cuenta que el país norteamericano, como otros, caso de China o India, etc, han mantenido una política, calificada por el sector, de "extremadamente restrictivas" por las enormes trabas arancelarias y de tipo fitosanitario para poder entrar en su mercado.
La exportación española de frutas y hortalizas frescas a Estados Unidos apenas acaparó 11.000 t en el primer semestre de 2015, de las que 4.260 t fueron hortalizas y 6.751 t, frutas, lo que supone apenas el 0,15% de la exportación total de estos productos en ese periodo, con un valor de estos envíos de 15,7 M?.
El veto comercial ruso enseña que es muy necesario que las Administraciones, la de aquí (española) y la de Bruselas, se vuelquen y pongan más ganas en abrir nuevos mercados hacia destinos terceros fuera de la Unión. Llegar a un acuerdo con Estados Unidos facilitaría, sin duda, este objetivo.
Siendo el veto ruso un problema netamente geopolítico, quizás el actual entendimiento entre Rusia y los países europeos en la lucha contra el yihadismo abra otras vías de acuerdos y entre ellas se pueda levantar el bloqueo de Rusia hacia los productos agrícolas de la UE. ¿Será posible?, tiempo al tiempo.
(*) Presidente de Asaja Las Palmas
