Albert Rivera tiene el plomo encima de ser la tórtola idónea para hacer un nido con el PP de cara a la gobernabilidad tras el 20-D. Triturada la encuesta en la cocina del CIS, habilitados los resultados de la misma, todos los ojos se han vuelto hacia el joven y a su voluntad para apuntalar la victoria de 120-128 escaños de Rajoy. Tener una agenda oculta de pactos es muy normal, aunque los timoneles de los partidos se hagan sangre en la lengua con la mejor negativa. Se participa en unas elecciones para gobernar, y Rivera estaría en su legítimo derecho de dar la vuelta a la tortilla para posicionarse y estar en el gabinete entrante. Otra cosa es su necesidad de conformar una estética política adecuada para dar el giro: sin ir más lejos, podría hasta pedir la cabeza de Rajoy para contentar a los suyos, siempre necesitados de algo que los distinga frente a los otros en su afán regeneracionista. Ahora que Clavijo y Morales andan a la greña por subtitular el primero de Goebbels al presidente del Cabildo grancanario decir, claro está, que para hacer un trabajo así de fino hay que ser muy goebbeliano, más o menos convencer a los suyos de que el PP tendrá un día después una vez que Ciudadanos comparta Consejo de Ministros con ellos. La ambición de Albert Rivera da para una vicepresidencia, y veremos si se contenta con un único maletín de competencias. O bien su deseo podría no ir más allá del apoyo para la investidura sin necesidad de integrarse en una coalición. Sea de una u otra manera, de confirmarse el escenario CIS el 20D (hay que tener en cuenta el alto 41% de indecisos), no hay duda alguna de que un posible pacto PP-C's pone sobre la mesa cubertería de la más fina. Una mirada a lo exigido a Susana Díaz en Andalucía demuestra lo que van a tener que tragar los del PP: en corrupción, los partidos financiados ilegalmente por los actos de sus cargos públicos serán responsables patrimonialmente, siendo el delito imprescriptible; para los imputados, separar a cargos orgánicos imputados por corrupción política, con eliminación de los aforamientos... En fin, el pacto con C's se atisba como lleno de púas, trofeos y más de una testa.