El mundo ha dado demasiadas vueltas en los últimos años, la conversión social y la irrupción tecnológica exige a las personas adecuar sus estilos de vida, sus perspectivas y el modo de relacionarse, ejemplo de esta transformación son los nuevos modelos que han surgido: innovación-crowd, producción-makers, conocimiento-data science, relación-sharing economy, aprendizaje-educación y de políticas públicas y su gestión-nueva gobernanza.
Y en esta última me voy a concentrar, en la nueva gobernanza. Pero, ¿qué es gobernanza? Según la RAE, es el arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía.
La nueva gobernanza encaja mejor en la descripción que la Real Academia hace de ella, que en la manera actual de gobernar, que se viene desarrollando en las alternancias de partidos, de prioridades, o de símbolos en el Gobierno. Pero para que esta nueva gobernanza, la que creo que es necesaria para avanzar, se haga realidad, la ciudadanía se debe implicar, se debe responsabilizar de su propio papel, debe participar e ilusionarse. Gobernar es cosa de todos.
La participación ciudadana en la nueva gobernanza, significa una evolución positiva hacia fórmulas de gobierno más inteligentes y en las cuales haya una cooperación entre quienes tienen que regular y quienes tienen que ser regulados, por lo que se deben asegurar espacios específicos y transparentes para que tengan acceso todos los actores y sectores de ciudadanía implicados en cada tema, en los que se promueve el conocimiento y la confianza, para lograr el mayor acuerdo y colaboración posible.
El empoderamiento tecnológico, mediante la tecnología digital en general e internet en particular y el cambio en nuestro comportamiento, están facilitando un tipo de ensamblaje que podemos denominar tecnologías sociales, en la que se están desarrollando nuevos espacios abiertos o infraestructuras comunes que los propios ciudadanos están creando, permitiendo la coordinación de grandes colectivos sin necesidad de institucionalización, llámese Coworking Canary Island, Pallet Express, NemeSys, Centro Atlántico de Pensamiento Estratégico?..
Ejemplos como los mencionados anteriormente y que se están desarrollando muy rápidamente, no se pueden entender como un colectivo que ocupa un mismo espacio geográfico por obligación, sino como elección, dado que los participantes deciden libremente incorporarse a ella, podríamos concebir como los nuevos espacios de relación donde las personas trabajan colectivamente generando conocimiento y desarrollando proyectos. Estas comunidades pueden en ocasiones establecer alianzas o colaboraciones con las organizaciones formales, pero en muchas otras actúan de forma totalmente autónoma.
Para que estas nuevas comunidades adquieran un significado pleno y sean totalmente operativas deben compartir cuatro aspectos básicos (los cuatro elementos comunes que conforman una comunidad):
Objetivos: comparten problemas y la razón de la pertenencia y participación en ellas es afrontar esos retos y alcanzar soluciones.
Trabajo: comparten métodos para organizar colectivamente el trabajo.
Tecnología: comparten plataformas digitales que facilitan el trabajo y la gobernanza sin la necesidad de contar con una estructura formalizada.
Gobernanza: comparten reglas que permiten hacer operativo su funcionamiento al permitir que la toma de decisiones y su deliberación sea efectiva.
El cambio que estamos sufriendo está requiriendo una transformación radical en todos los sectores tradicionales y sobre todo en la política que está llamada a transformar la democracia haciéndola más compleja ya que requiere contar con el creciente número de actores que participan en ella de manera independiente.
(*) Directora ejecutiva del Centro Atlántico de Pensamiento Estratégico
