Me parece perfecto el cierre que llevó a cabo el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria del centro comercial Sotavento en el Muelle Deportivo (ya ha vuelto a abrir). Si el consistorio consideraba después de diferentes análisis de seguridad que no cumplía con las normas, el cierre estaba justificado. Pero, ¿qué pasa cuando no se tiene el mismo criterio para cerrar otros muchos locales o centros comerciales si tampoco cumplen esas medidas de seguridad?

Les cuento lo ocurrido la noche del pasado sábado a domingo 5 al 6 de diciembre; cuando muchas personas se echan a la calle para comenzar con las celebraciones de Navidad. Después de cenar con mi pareja y unos amigos decidimos dirigirnos a una terraza situada en el exterior del centro comercial El Muelle. Al llegar allí sobre las dos de la madrugada y ver cómo estaba de aforo, supuestamente, muy, pero que muy por encima del permitido y una cola de enormes proporciones para el acceso, decidimos marcharnos a otro lugar.

Llegamos a otra terraza que está ubicada en el Parque Romano. Aquí no había cola, claro, luego supimos el por qué: todo el mundo estaba dentro. También allí, volvamos a utilizar supuestamente, el aforo se superaba de largo, diría yo de larguísimo, el permitido. Allí no se podía estar, no se podía caminar, y mucho menos bailar. Todos los lugares estaban rebosados de gente. Esto sucedía sobre las dos y media de la mañana. Tal era el agobio que desde la puerta de entrada a la primera barra se tardaban varios minutos en llegar, eso sí, a base de empujones. Con esta barbaridad de aforo sobrepasado y ver que allí podría ocurrir una desgracia, decidimos marcharnos. Y mientras, seguía entrando más gente.

Ahora mi pregunta: ¿por qué el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria cierra un centro comercial y permite que supuestamente se sobrepase en dos y tres veces el aforo permitido en otros?, ¿por qué se actúa tan rápido contra unos y no se hace nada contra otros? ¿Estamos esperando que aquí suceda un Madrid Arena para luego lamentarlo? ¿Dónde están las patrullas de la Policía Local, que son las que, entre otros, están en la obligación como fuerzas de seguridad de velar, valga la redundancia, por la seguridad de personas y lugares? Sirva este escrito público desde este medio de comunicación como aviso, denuncia, opinión, como ustedes quieran llamarlo, de los locales que supuestamente incumplen las medidas de seguridad y que el Ayuntamiento capitalino, si no actúa, lo permite. Sean vigilantes con los que no cumplan, y se aprovechan, sobre todo en estas fechas, para reventar de gente sus negocios. Cumplan con lo que marca la ley. Este es el ejemplo que pongo porque lo viví en esos dos lugares el pasado fin de semana y en el que una vez más hay que dar gracias porque no ocurrió ninguna desgracia.