Adía de hoy, Ciudadanos certifica que el hombre debe recibir la misma pena que la mujer (tres meses) por violencia de género (lesiones), y no sufrir castigo doble por ser ello una discriminación constitucional. Me ponen enfermo los partidos que camino de las elecciones se dedican a hacer laboratorio con realidades sangrantes: 48 mujeres asesinadas por violencia de género en lo que va de año. C's se ha dedicado a pedir un gran pacto (lo postula para muchas cosas, quizás demasiadas) con la imparable violencia de género en España, que lejos de remitir aumenta entre unos adolescentes que admiten como normal el comportamiento machista. No pasa un día (el miércoles en Fuerteventura) en que este país no se despierte con la muerte de una mujer a manos de su pareja, y va C's y se descuelga con un alegato sobre la discriminación por sexo y la necesidad de ponerlos a la misma altura en cuanto a castigo. El mismo Constitucional avaló ya la mayor pena a los hombres que a las mujeres por el mismo delito. Pero vamos más allá: ¿quién es el protagonista de la violencia de género en España? Está claro, el hombre. Rivera no lo ve así, prefiere poner en circulación cierta cosmética liberal para apañar votos, y para jugar con fuego en un tema donde hay consenso general. Este joven raudo y veloz corre el riesgo de quemarse vivo en un asunto dramático. El maltrato, por desgracia, se ha convertido en una columna vertebral de la sociedad española; en una espesa mancha negra que nos hace líderes en crímenes, que nos sitúa en la brutalidad, que dice bastante de nuestra ignorancia, que fija en demasía los lastres culturales de los españoles, que siluetea más que ningún otro la herencia de décadas y décadas de siniestro machismo, de palizas e insultos, de silencios, de complicidades... Y Rivera, como en tantas otras cuestiones, quiere un pacto, un gran pacto de todo el arco parlamentario y de la Justicia, pero a la vez cuela entre la letra pequeña una extraña defensa del hombre ante una ley que trata de frenar el asesinato de mujeres. Rivera tiene que explicar su repudio a la "asimetría penal" ante una catástrofe con una víctima muy específica.