La Provincia - Diario de Las Palmas

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Zigurat

Por el humo se sabe

Por fin el gobierno español ha declarado que el ataque a la delegación diplomática en Afganistán fue un ataque contra España; los anteriores ataques en el exterior o eran confusiones o fuego amigo. Pero como estamos o están en plena campaña, guiados por la madre de todas las pitonisas que es la encuesta, abundan en el tema o pasan de soslayo: de una forma u otra no están en el asunto.

Cómo estará el ambiente y el cruce de declaraciones, que hasta la familia de uno de los asesinados ha manifestado en los medios de comunicación que no utilicen ni a su pariente ni su dolor para disputas políticas que ya arreciaban con los cadáveres sin velar. Esta llamada de atención de la familia a la clase política es un síntoma claro de la mentira que acompaña cada mitin, cada reunión de candidatos, cada entrevista o cada aparición pública. Porque para ellos es más importante restar credibilidad y rentabilidad al oponente político -que no ideológico- aún a costa del sacrificio por la madre/ patria -oxímoron, que así lo llaman ellos y que da miedo cuando lo mentan- que seguir ahondando en la corrupción que no cesa y en el empobreciendo de millones de personas en Europa.

Han caído tan bajo que lo importante es el poder a toda costa, como sea y no precisamente para llevar a la práctica, como si de un mandato mesiánico se tratara, un proyecto solidario, democrático y justo.

Nadie quiere mojarse en un asunto que le puede costar las elecciones, lo cual quiere decir que hay millones de votantes que aún creen en el actual sistema político y, lo que es peor, que todavía creen a los políticos que se venden en la calle.

Encima de la mesa de los candidatos nuevos casos de apaños por parte de políticos del PP en los destinos diplomáticos donde habían representado los intereses de su país, que no coincidían con sus propios intereses. Creo que nunca el capital que encarna el neoliberalismo esclavista -el liberalismo en algunos casos es aceptable- ha llamado tanto la atención como en estos momentos: todos quieren ser más ricos, tener mucho más dinero, comprar más utensilios tecnológicos engañosos y seguir explotando, como ponen de manifiesto estudios sobe el desempleo, la vivienda o la pobreza infantil.

En un escenario ambiguo, desmontable y portable, donde sientan a cientos de personas, llegadas en guaguas a los mítines como en los mejores tiempos donde podías perder el trabajo si no asistías y donde aho-ra puedes conseguir trabajo si asistes.

La nueva partida que se está jugando en Europa necesita políticos capaces de hacer frente común con otros gobernantes para intentar corregir problemas enquistados por políticas erróneas que no han hecho más que empeorar las cosas. Hay un asunto tremendamente grave delante de las narices de Francia e Inglaterra y de toda la OTAN y que no es otro que el incremento de la tensión entre Rusia y Turquía. En este tablero macabro Europa se juega su futuro económico y político, tanto en su flanco sur como en el norte.

Y mientras, poco o nada sabemos de cómo va esa guerra declarada a ISIS por Francia, apoyada por Inglaterra y EEUU porque desde el pasado mes de noviembre lo que algunas fuentes dicen es que ya no queda nada de una parte de Siria. Ciudadanos incluidos.

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