Se celebró en El Museo Canario el sábado 12 al mediodía el concierto de fin de año de Promuscan que, como es sabido, desde hace unos años es un concierto FAIC. Los miembros de la Federación de Asociaciones Ibéricas de Compositores realizan simultáneamente sus conciertos en estas fechas, incluyendo obras de autores pertenecientes a las asociaciones hermanas. De esta manera, en el concierto de Las Palmas intervinieron, junto a obras de compositores locales, otras de Tenerife, Extremadura, Málaga y Cataluña.
Las piezas escogidas por nuestra asociación habrían de atenerse a piano a cuatro manos, preparado o no, con incidencia eventual de medios audiovisuales. Fueron los intérpretes los hermanos Oliver y José María Curbelo, y coordinó el programa y las intervenciones audiovisuales, Guillermo Lorenzo.
Se abrió el programa con el bellísimo Nocturno nº 4 del extremeño Guillermo Iriarte, que revive el intimismo de un Chopin a través de acordes propios del pop-rock, con unos resultados novedosos y muy atractivos. Jesús Rodríguez Picó, de la asociación catalana, ofreció un Vals de Sinera de efectos tan contundentes como brillantes, y Marta Lozano, también extremeña, su Momento musical nº 1, obra en la que convoca la sensibilidad del público para que éste se sumerja en las experiencias y sentimientos que emanan de sus sorprendentes sonoridades.
Muy impactante resultó la obra África de la tinerfeña Cecilia Díaz Pestano, uno de los más destacados valores de la nueva composición en las islas. Escrita para piano preparado, conjuga ritmos salvajes con sonoridades novedosas, en una orgía musical cautivadora. Lucía Jurado, de la asociación malagueña, nos presentó sus Tres poemas de Carmen López, también expuestos y deconstruidos en un video muy dinámico, en el que los fonemas y las sílabas de los textos eran interpretados con asombrosa precisión por los pianistas, codificados en alfabeto Morse. Fue una propuesta tan original como cargada de ironía y sentido del humor.
Tomás Rivero, de Promuscan, presentó Los sentimientos del mar, en los que plasma en sonidos las incidencias acuáticas de su videoproyección. A continuación, Gonzalo Díaz Yerro, también de Promuscan, presentó con suma gracia su obra Face II, en la que sustituye la partitura tradicional por un video de su cara y sus manos cuyos gestos estimulan el devenir musical de los intérpretes. Fue asimismo una obra de gran originalidad y no exenta de vis cómica, que tuvo una gran acogida por parte del público. Cerró el concierto un texto leído por Guillermo Lorenzo, coordinador del acto, quien glosando un poema chino expresó sin acritud su protesta por no haber obtenido el permiso para ensayar la performance que tenía prevista para este concierto.
Los hermanos Curbelo estuvieron insuperables, implicándose con unas partituras nuevas y muy difíciles, que ofrecieron con absoluta solvencia. Por ello cosecharon muy calurosos aplausos del nutrido público que asistió al acto. Fue un concierto en el que tuvimos la sensación de habernos sumergido de lleno en la nueva música del siglo XXI, música que ofrece nuevas perspectivas y que, al mismo tiempo, no renuncia a revisitar la cultura musical del pasado en sus formas, sonoridades y sentimientos.
