La Provincia - Diario de Las Palmas

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Papel vegetal

Reacciones

No pensaba volverme a ocupar del debate entre los líderes de los dos viejos partidos después de considerarlo poco ejemplarizante en una columna anterior, pero he decidido volver a hacerlo tras ver las reacciones tan diversas que ha provocado.

Reacciones rayanas en la euforia por parte de quien los sondeos y los medios, excepto algunos de la más pertinaz derecha, consideran ganador frente a otras, más bien propias de un gran señor herido en su honor como las exhibidas tras el debate por el presunto perdedor y sus acólitos.

Citar, como hizo después en una entrevista el candidato socialista, al filósofo Emilio Lledó, según el cual la decencia tiene que volver a las instituciones, para justificar su exabrupto contra su contrincante conservador, no deja de ser chocante, y proclamarse a la vez portavoz de millones de españoles cuando tachó al rival de "indecente", como si esos no tuvieran voz, resulta a la vez paternalista y abusivo.

Erró el aspirante socialista a presidir a los españoles en el tono y en la forma, y dio una pésima lección, aprendida seguramente en esas tertulias que a algunos tanto nos horrorizan, al pretender apabullar al contrario a base de gritarle e interrumpirle continuamente sin escuchar sus razones, sus ocultamientos y medias verdades, que hubo de todo.

Y, sin embargo, acusar de "chulería", "macarrismo político", "falta de educación" y otras lindezas al líder socialista, como hicieron al día siguiente varios dirigentes del PP, no deja de ser el colmo de la hipocresía por parte de un partido que ha recurrido una y otra vez a los peores insultos, golpes bajos y descalificaciones contra sus adversarios.

¿O no recuerda ya este país, que tiene por desgracia la memoria tan corta, el cúmulo de insultos que hubo de sufrir en su día un presidente del Gobierno socialista, a quien voces autorizadas del PP calificaron de "bobo solemne", "mentiroso", "irresponsable" o acusaron gratuitamente de "ceder al chantaje de ETA" y de actitudes "repugnantes e indignantes" en su trato con la banda terrorista?

Por desgracia, los insultos a los rivales políticos no son exclusiva de los viejos políticos del PP, gentes de una generación todavía marcada por el franquismo, sino que las nuevas generaciones del partido se han apuntado a esa misma actitud incluso con mayor entusiasmo si cabe.

Baste citar los insultos proferidos por los nuevos portavoces del PP contra quienes todavía tratan de buscar en las fosas comunes los restos de sus antepasados, acusándolos miserablemente de acordarse de sus seres queridos sólo para cobrar subvenciones.

Pueden llevar algunos de esos jóvenes cachorros trajes elegantes y exhibir en la mesa los mejores modales, pueden haberse educado en las mejores escuelas e incluso acudir a misa todos los domingos y fiestas de guardar, pero si eso no es también "indecencia", que venga Dios y lo vea.

Definitivamente, el pueblo español se merece mejores políticos.

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