Cuando se celebraron las elecciones autonómicas y municipales, afirmaba Pablo Iglesias que, si los españoles otorgaban el voto mayoritario a Podemos, en virtud de su potestad como presidente del gobierno se convocaría un referéndum para elegir el modelo de estado que los españoles quieren en el siglo XXI: monarquía o república. Como sabemos, a Juan Carlos I de España y Sofía IV de Grecia nos los impuso Franco -cuyo modus operandi se basaba en el españolísimo ordeno y mando- mediante un acuerdo entre el viejo dictador y la Iglesia católica. En consecuencia, esta monarquía carece de legitimidad; así pues, Felipe VI y Letizia II poseen el mismo derecho a ser reyes de España que la Pantoja para ejercer de reina por un día en Gibraltar.

Pablo Iglesias ha declarado ahora ante los medios de comunicación que la solución del problema no es urgente. Yo creo que se equivoca porque el asunto sí es urgente, ya que los millones -no de pesetas, sino de euros- no se escapan solo por la trastienda de la corrupción institucionalizada en España; los millones también se van en la financiación de los lujos asiáticos que exigen las familias reales, incluidos padres, hermanas, nietos, primos, abuelos y demás familiares de sangre azulada, en un laberinto de pasiones que se extiende desde Madrid a Ginebra...