Después de los resultados electorales no queda otra responsabilidad a la clase política que garantizar por encima de todo la estabilidad y avanzar en la recuperación económica. Los próximos cuatros años son de vital importancia para generar confianza, no solo en los mercados internacionales, también en el empresariado y en la ciudadanía en general. No se puede avanzar con temores, con incertidumbre y ese riesgo no lo puede afrontar un país ingobernable, y desde luego corresponde a la clase política liderar y garantizar la estabilidad por encima de todo. Un país con más de 4 millones de parados no se puede permitir experimentar modelos de gobernabilidad inestable, pues eso solo genera desconfianza e inseguridad en lo económico, la recuperación precisa y necesita lograr posiciones firmes y fuertes en Europa desde y con un gobierno estable, decidido y fuerte.
El escenario actual que han dejado los resultados de las elecciones del 20-D no es el mejor para propiciar la garantía de la estabilidad puesto que aunque sea positivo para la democracia romper el bipartidismo y abrir el abanico parlamentario a otras fuerzas políticas y sensibilidades, por encima de todo un país necesita gobernar con estabilidad, gobernar con seguridad, gobernar para avanzar y sobre todo gobernar para salir definitivamente de la crisis económica.
La historia de nuestra democracia ha dado gobiernos con mayorías absolutas, gobiernos con apoyos puntuales y ahora toca diseñar un gobierno de gran coalición fuerte para hacer frente a los grandes retos que tiene España en los próximos años. Lamentablemente el rumbo que han tomado los partidos nacionalistas que antaño como CIU Y PNV tenían vocación de Estado, ha cambiado y su única hoja de ruta es el independentismo y eso hace imposible poder contar con ellos, ni por la derecha ni por la izquierda, cualquier pacto político con ellos en cuestiones de Estado desgraciadamente se ha perdido y ahora priman más las actitudes rupturista.
Ni a la izquierda ni al centro derecha, en ninguno de los casos les salen las cuentas matemáticas para lograr un gobierno al menos de estabilidad y de confianza, y lo peor que puede suceder es someter nuevamente a la ciudadanía a otras elecciones ya que eso solo crea más incertidumbre a los mercados, y genera una preocupación e inseguridad económica sin precedente sobre todo en los momentos actuales de la situación de crisis que padecemos. Por lo tanto es la hora de las grandes responsabilidades, es la hora de pensar en España y en los ciudadanos, es la hora de pensar en los empresarios y los trabajadores de este país, es la hora de pensar en clave de estabilidad y recuperación. Los grandes retos que necesita España solo se resuelven con gobiernos fuertes y estables y esos retos para estos próximos años son: la recuperación económica de forma inaplazable, políticas reales de crecimiento de empleo, la confianza de los mercados y los empresarios, la consolidación de un fuerte pacto fiscal que genere mejor distribución y riqueza, el pacto por la estabilidad en la educación y la garantía de las libertades, junto a la puesta en marcha de medidas contundentes contra la corrupción, así como cambios que deben realizarse en la Constitución, en la ley electoral y la potenciación de un Estado federal, con un sistema de financiación autonómica más eficaz que garantice una mejor distribución. Estos son los grandes retos de España y desde luego hay que afrontarlos con gobiernos decididos, fuertes y unidos, por tanto es la hora de ir pensando en un gobierno de concentración o de apoyo a esos grandes temas, y en eso se notará la vocación de un partido que antepone los interés de los ciudadanos a los intereses de su partido o de sus ideales, es tiempo de responsabilidad, es tiempo de consenso y es la hora de coger el toro por los cuernos y pensar que juntos podemos salir de la crisis y luego que sean los ciudadanos nuevamente los que decidan el destino y futuro de este país. Tenemos experiencias recientes como Alemania, donde la derecha y la socialdemocracia negociaron y diseñaron el futuro de su país y los tres socios de la coalición elaboraron un gobierno de concentración con un acuerdo de estabilidad y de gobierno de base sólida para los próximos años, pues los retos que tienen por delante son la deuda pública, la transformación energética y la recuperación económica y en esa línea van avanzando sin lugar a dudas y con fuerza. Ahora el tablero de ajedrez tiene las fichas colocadas y cualquier movimiento para ganar la partida será sin duda de aquellas fuerzas políticas que sean capaces de pensar más en España y su futuro que en su partido político, las grandes políticas solo serán capaces si son realizadas desde el sentido común, el consenso, la lealtad y sobre todo desde la pluralidad y hoy más que nunca necesitamos de la clase política que esté a la altura de lo que la ciudadanía necesita por encima de todo, gobernar con eficacia, estabilidad y por supuesto sentido común... Bien merecemos que todos arrimemos el hombro y hoy más que nunca sin complejos ni prepotencia, solo con deseos de lograr lo mejor para avanzar en la senda de la recuperación económica y de la estabilidad que se necesita hoy más que ayer, el consenso es la clave para propiciar un gobierno fuerte y estable, de todos depende para lograr que se avance con firmeza, eficacia y sobre todo pensado en clave de salir juntos y recuperar la senda del Estado del bienestar... Juntos podemos...
