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Carrie Mathison en Mongolia

Andan los sarcásticos genios enloquecidos de la revista Mongolia permanentemente asediados por opiniones críticas que les acusan de no respetar los límites del humor. Tras cada número, con cada portada, con cada chiste, media opinión pública brama que hay asuntos que no pueden ser tratados desde la sátira. ¿Y desde el drama? ¿Sólo ha de tener límites el humor? ¿Cuáles son los límites del musical, del terror, del costumbrismo? Más aun, ¿cuáles son los límites del drama y de la tragedia? ¿Y los del suspense? ¿Ha de tener límites el género policíaco o de espías?

Lo pregunto porque esta semana terminó la -una vez más- brillante temporada de Homeland, y buena parte de la tensión que arrasó con las uñas de los espectadores tuvo que ver con la delicadísima y durísima actualidad del argumento: una célula de Daesh compuesta por nativos alemanes regresados de su entrenamiento en Siria prepara un atentado masivo en Berlín con armas químicas. Incluso en una escena de un episodio de hace pocas semanas, cuando sólo había pasado un mes desde los atentados franceses -¿cómo de ajustado es el calendario de postproducción de la serie?- una agente de la inteligencia germana discute con otra de la CIA y le suelta "no vamos a consentir otro París en Alemania". ¡"No vamos a consentir otro París en Alemania"! Pero, bueno, ¿es que los guionistas de las series de televisión norteamericanas no tienen límites? ¿Es que no respetan nada? ¿Es que se puede hacer suspense sobre cualquier tema?

Así que ahora que ha vuelto a tomarse unos meses de descanso hasta la próxima temporada -¡habrá sexta temporada de Homeland! yujuuuuu-, voy a poner en contacto a Carrie con el mongol Edu Galán para que charlen un rato sobre las diferencias entre las ficciones y las realidades y sobre cómo el cuadradito de la pantalla del televisor lo iguala todo. Nunca se sabe lo útil que puede ser para los mongoles conocer a la mejor agente de la historia de la CIA, y seguro que en sus ratos libres Saul Berenson se parte su culo judío leyendo Mongolia.

www.antoniorico.es

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