La Provincia - Diario de Las Palmas

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Cien líneas

De cine

El puente de los espías, de Spielberg, es una película extraordinaria. Y ya que trata de una historia cierta -por ahí circulan algunas más falsas que Bin Laden- refleja el espíritu americano, centrado en un patriotismo a prueba de guerra caliente, de guerra fría o de lo que sea. Un izquierdista como Spielberg se apoya en esa condición esencial para su película y es que allí la patria no entiende de progres y carcas. Por eso EE UU es una gran nación. Aquí, sin embargo, nuestro Spielberg -por favor, no se rían- el conspicuo Trueba, recibe un premio y delante del ministro pasmarote de turno suelta eso de "ni cinco minutos de mi vida me he sentido español". Por supuesto no rechazó los 30.000 euros del galardón y es que pueden sentirse marcianos pero adoran el dinero terrícola, sobre todo el ajeno. A la salida del cine un amigo me hizo esa observación: como es allí la izquierda; como, ay, es aquí. Cierto. En España se hacen sin tregua películas ultramanipuladas sobre sucesos de hace setenta años. Cuando por fin alguien decide hablar del presente y de los problemas vivos ocurre como acaba de suceder con Ocho apellidos catalanes que gana incluso a Star Wars 7 en taquilla. El cine sentencia por encima de toda disputa: 1) el problema endémico de España es la izquierda, patológicamente antipatriota. 2) El problema del momento es el separatismo catalán. (Para la terapia de esta semana se recomienda vivamente la ópera Amahl y los visitantes nocturnos, de Menotti).

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