Narvay Quintero, consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias, tiene quien le escriba. Acaba de fichar al novelista tinerfeño Víctor Álamo de la Rosa (Santa Cruz, 1969) como nuevo jefe de gabinete de la consejería más variada (recuerden, un gomero, un palmero, un herrero, un chicharrero...). Víctor Álamo de la Rosa cerró el año en el Palacete Rodríguez Quegles con la presentación de su libro Campiro, finalista del Premio Prix Fémina a la mejor novela extranjera en Francia. El novelista tinerfeño ha sido ganador del premio Benito Pérez Armas con su obra Todas las personas que mueren de amor. La novela "es una indagación muy literaria en las sensaciones del desamor, porque cuenta la historia de un personaje capaz de morirse de amor nada menos que siete veces". Esta era la séptima en la trayectoria como narrador: El humilladero (1994), El año de la seca (1997), Campiro (2001), Terramores (2007), La cueva de los leprosos (2010) e Isla nada (2013). Ahora, más que a la cultura, se dedicará a la agri-cultura. Y Quintero ya tiene quien le escriba.