Sin exagerar, tenemos que admitir que España está entrando en un tiempo muy peligroso para su supervivencia. La causa es el proceso que han iniciado determinados partidos para lograr que sea independiente el territorio donde habitan, en Cataluña ese objetivo lo han fijado como prioritario, ignorando las leyes democráticas que rigen en España y la voluntad de un cincuenta por ciento de los habitantes de ese territorio que se oponen a la independencia, porque quieren seguir siendo españoles y que el territorio continúe siendo España.
El grupo de independentistas (no debemos hablar en general de catalanes, sino de un grupo independentista) ya ha iniciado el proceso; para ello, cuentan con el Gobierno y la mayoría del Parlamento autonómico. Por otro lado, tratan de fomentar, dentro de sus posibilidades, el que España tenga un gobierno débil o provisional y que los partidos nacionales no adopten como acuerdo prioritario defender la unidad de España.
Mantener la unidad de la nación es tan fundamental ahora como ha sido a través de más de cuatro siglos, así lo han comprendido todos los gobernantes, incluso, los republicanos en el año 1934.
El PP, el PSOE, Ciudadanos y los que quieran unirse, tienen la gran oportunidad de alcanzar acuerdos que modernicen a España pactando una reforma de la Constitución, Educación, Organización Territorial, etc, pero sobre todo, la defensa de la unidad de España. De no ser así, la otra vía conduce a la desmembración de España, pues detrás de Cataluña irían el País Vasco, Galicia.
Conclusión: el patriotismo bien entendido exige que los partidos y sus líderes antepongan el interés de España como nación de forma prioritaria; para ello, si siguiendo los procesos habituales no se alcanzan mayorías en un plazo de tiempo razonable, deben los políticos estar dispuestos a sacrificar los suyos personales aceptando que la Presidencia y Vicepresidencia las ocupen personas independientes, consensuadas, que recibirán el apoyo mayoritario de la coalición.
Soy muy consciente de lo difícil que será aceptar esta solución y después aplicarla, pero lo que sí debemos considerar también es que la economía de España y los parados que tiene, exige imaginación y políticos de nivel, dispuestos a anteponer los intereses generales por encima de los suyos y de sus partidos. ¿Los tenemos?
