Querido amigo, hay que ver, el país va de culo y los partidos políticos discutiendo a ver quién consigue coger la sartén por el mango aunque, cuando ya la tengan, tampoco van a saber cómo freír un huevo...
Hablan ahora de repetir las elecciones, es decir: nos preguntan si queremos sopa o ensalada y, como ninguno de los platos que ofrecen nos parece mayoritariamente aceptable, quieren volver a preguntarnos lo mismo por ver si cambiamos de opinión. Lo normal sería que fueran ellos los que cambiaran y que, cuando tengan algo mejor que ofrecernos, nos vuelvan a preguntar. Eso es lo que les estamos diciendo a gritos, pero ellos prefieren no darse por enterados.
Lo absurdo de todo esto es que, cualquier profesional medianamente preparado, debería saber técnicamente qué medidas necesita este país y cuál es la forma de aplicarlas sin que resulten tan traumáticas. No se trata tampoco de encontrar soluciones mágicas sino de plantear entre todos el camino que tenemos que seguir en estos tiempos difíciles. Pero no, y tal como decía claramente don Antonio Rodríguez Suárez en su brillante artículo de opinión del pasado sábado es este mismo periódico, "La oposición en España se limita a decir que no a todas las propuestas del gobierno, sean o no de interés general..." Qué falta de respeto a los españoles que votaron mayoritariamente por ese gobierno.
Resulta que todos quieren acabar con el paro, la corrupción y la temporalidad laboral, o reformar la Constitución y la Ley electoral pero, entonces, en lugar de insultarse unos a otros ¿porqué no se ponen de acuerdo?
Está claro que es una cuestión de personalismos y de inconfesables intereses personales. A nosotros solo nos queda apostar por el menos malo. Entre las propuestas que podríamos valorar estaría, por ejemplo, el coste de la gestión que nos ofrecen porque, no es lo mismo un gobierno malo y caro que otro mejor y más barato. También, y más acorde con los tiempos que corren, habría que plantear la posibilidad de la temporalidad en el cargo, tal como ha impuesto el gobierno en los contratos de trabajo. Así podríamos rescindir el acuerdo después de un tiempo de legislatura si el gobierno no rinde tal como habíamos pensado. Hacemos el finiquito y le damos la oportunidad al siguiente partido en número de votos.
Tampoco se trata de hacer costosas elecciones cada seis meses, el sistema pasaría por seleccionar a un grupo de personas independientes a modo del Jurado Popular en los juicios, un grupo de personas honestas sin ninguna relación con partidos, gobiernos o gobernantes que sirvan de control y seguimiento, serían los verdaderos defensores del pueblo.
Hay que quitarles el poder absoluto a los partidos y devolvérselo a la gente, Gregorio, que es la que deciden y paga su gestión.
Ahora tú me vas a decir: "Sí, y luego te despertaste, Manolo...", y tienes mucha razón pero, prefiero "imaginar" como John Lennon que aceptar sin condiciones las propuestas de Mariano Ra-joy, aunque solo sea por salud mental.
Que no nos manden más papeletas con los nombres si no incluyen también el menú de los platos que nos ofrecen que, con todo lo que nos cuesta, quere-mos comer a la carta. Ya estamos hartos de tanta comida y política basura.
Un abrazo y hasta el martes que viene.
